El tamari es una salsa elaborada básicamente con sal, agua y soja, específicamente se obtiene fermentado todos sus elementos durante un periodo que va desde los 18 a 24 meses. Es importante mencionar que es un elemento que contiene muchos nutrientes y produce beneficios en el organismo humano.
Si incorporas al tamari en tu régimen alimenticio cotidiano le estarás aportando a tu organismo elementos como sal, agua, hierro, proteínas, hidratos de carbono y calcio entre otras cosas. Ahora bien, podrás adquirirlo en cualquier mercado, herbolario o tienda de alimentos naturales.
Algunas propiedades del tamari:
> Te ayudará a combatir la fatiga y el cansancio.
> Te proporcionará un efecto remineralizante.
> Te ayudará a mejorar el estado de tu sangre.
> Te ayudará a eliminar diferentes microorganismos de los alimentos.
> Te ayudará a mejorar el funcionamiento de tu sistema digestivo.
> Te ayudará a absorber mejor los nutrientes.
¿Qué es el tamari? Sabor, textura y origen

El tamari es una salsa de soja fermentada de tradición japonesa con una base de soja, agua y sal. Tradicionalmente se obtiene como subproducto del miso (la pasta de soja fermentada), por lo que presenta una textura más espesa, un color marrón muy oscuro y un perfil de sabor con intenso umami, menos dulce que otras salsas de soja. Suele comercializarse como opción sin gluten porque, de forma clásica, no incorpora trigo; aun así, es recomendable revisar la etiqueta por si hubiera trazas según el fabricante.
Por su carácter aromático y su aroma salado inconfundible, se ha extendido más allá de la cocina asiática y hoy es fácil encontrarlo en supermercados, tiendas ecológicas, comercios asiáticos y tiendas online.
Diferencias entre tamari, salsa de soja y shoyu

- Ingredientes: el shoyu (nombre japonés para las salsas de soja) se elabora con soja, trigo, agua, sal y el fermento koji; el tamari se formula, de manera tradicional, sin trigo y procede del miso.
- Color: el shoyu suele ser más claro; el tamari, de marrón oscuro a casi negro.
- Sabor: el trigo confiere al shoyu una nota ligeramente más dulce; el tamari resulta más redondo, profundo y con umami marcado.
- Procesado: ciertas salsas etiquetadas simplemente como “salsa de soja” pueden ser más saladas, con aditivos y sin fermentación tradicional. El tamari de método clásico se fermenta de forma natural.
Valor nutricional y propiedades

Por cada 100 g, el tamari aporta, de forma orientativa, 64–66 kcal, 6,2–6,7 g de hidratos, 8,7–8,8 g de proteínas, 0,1 g de grasa y 0,7–1,6 g de fibra. El contenido de sodio puede variar según marca y si se declara como sal o sodio (aprox. 5,7–12 g por 100 g), por lo que conviene moderar la ración y consultar un régimen bajo en sodio.
Además de potenciar el sabor, es un condimento con bajo contenido graso y un perfil con proteínas y carbohidratos que lo hacen interesante para personas activas y deportistas. Funciona como sustituto parcial de la sal en cocina; su fibra ayuda al tránsito; y concentra hierro y fósforo, minerales implicados en el mantenimiento de huesos y dientes.
Como alimento fermentado, el tamari puede facilitar la digestión y la asimilación de nutrientes. La mayoría de versiones comerciales están pasteurizadas, por lo que no son probióticas; existen opciones sin pasteurizar en el canal ecológico.
Cómo elegir un buen tamari
Al comprar, prioriza etiquetas con menciones como “elaborado naturalmente” o “fermentado naturalmente”. Mejor si es de calidad ecológica para evitar pesticidas y con lista de ingredientes corta: soja, agua, sal y el cultivo Aspergillus oryzae. Evita azúcares, colorantes (caramelo) y potenciadores (glutamato o “extracto de levadura”), indicadores de fermentación acortada o procesos no tradicionales.
El tamari auténtico suele fermentarse durante meses e incluso más tiempo en barriles de madera, lo que explica su precio y su complejidad. Originalmente se producía en regiones concretas de Japón y hoy procede de diversos orígenes. Si necesitas evitar el gluten, busca la certificación y revisa posibles trazas de trigo.
¿Dónde comprarlo? En supermercados surtidos, herbolarios, tiendas ecológicas, comercios asiáticos y plataformas online.
Usos culinarios y consejos de preparación
El tamari es versátil: acompaña sushi y sashimi, realza platos de arroz, pasta, tofu y verduras, y funciona en caldos, dips, teriyaki y adobos. Puedes emplearlo en crudo o cocinado; conviene usarlo con moderación para no dominar el plato.
Consejos prácticos: añade al final de la cocción para preservar matices y evitar concentrar en exceso la salinidad; refrigera después de abrir, cierra bien el envase y conserva en lugar fresco y seco.
Tamari, miso, salud y otras consideraciones
El tamari nace del miso, pero a diferencia de este (que es una pasta), el tamari es un líquido más espeso que la salsa de soja común. Es vegano y apto en dietas sin gluten cuando no contiene trigo (revisa etiqueta). Personas con intolerancia a la histamina deberían evitarlo, ya que la fermentación eleva estos compuestos. Si buscas potencial probiótico, opta por tamari sin pasteurizar.
En términos de sostenibilidad, la fermentación es un proceso natural y muchas marcas optan por envases reciclables. La calidad depende de la materia prima (soja entera vs. harinas) y de respetar tiempos de fermentación. La disponibilidad y el precio pueden variar porque hay menos productores artesanales que de shoyu.
El tamari es un condimento de umami profundo que, bien elegido y usado con criterio, potencia sabores, aporta nutrientes y abre un abanico de usos en recetas cotidianas y de inspiración asiática.
