El mal aliento es también conocido como halitosis, es muy frecuente en las personas e incluso animales domésticos. Se manifiesta provocado por las bacterias de la boca y aparece por la falta de saliva en ella.
Por esta razón, cuando uno padece boca seca puede padecer también halitosis y debería beber más cantidad de agua para estar bien hidratados.
La halitosis no es una enfermedad, sino la manifestación de un problema bucal y subyacente del que nos debemos de dar cuenta para buscarle solución. El mal aliento es muy habitual, no hay que sufrir más de lo necesario si padecemos este problema.
El mal aliento se sufre por las mañanas al despertar y se debe a que por la noche se segrega menos saliva, la boca se reseca y las células y bacterias muertas se impregnan en la lengua y las paredes interiores de la boca, provocando el mal aliento.
Posibles causas del mal aliento
Cuando el mal aliento es persistente es cuando se transforma en problema y puede llegar a afectar a nuestra vida cotidiana. Más del 80% de los casos del mal aliento tienen origen en las cavidades bucodentales, sin embargo, también existen otros motivos por los que las bacterias se crean y proliferan más de lo habitual.
- Poca higiene bucal: los restos de los alimentos se descomponen y son carne de cañón para las bacterias. Hay que tener especial cuidado si se lleva ortodoncia.
- Consumir algunos alimentos: ajo, cebolla, quesos o alimentos grasos.
- Beber alcohol o fumar.
- Padecer algunas enfermedades que afectan al tracto digestivo como la gastritis, úlceras duodenales, enfermedades del renales, sinusitis, amigdalitis crónica, etc.
Consejos para paliar el mal aliento
- Tener y mantener una higiene bucal aceptable. Cepillarse los dientes, encías y lengua y utilizar hilo dental para eliminar los restos.
- No comer alimentos de sabor fuerte o con gran contenido en grasas ya que éstos eliminan gases volátiles que provocan halitosis.
- Si estamos muchas horas sin tomar alimentos también puede afectarnos a la hora de sufrir alimento, por lo que es recomendable comer cada dos horas.
- Masticar una pequeña corteza de limón después de comer es una buena solución, así como tomar pastillas mentoladas, chicles o usar colutorios después del cepillado de dientes.