Al comienzo, los abdominales hipopresivos eran utilizados esencialmente como ejercicio para después del parto y tonificar el suelo pélvico y reforzar las estructuras y los órganos que pueden haber sido debilitados por esa experiencia traumatizante para el cuerpo. Todo esto sin ejercer presión excesiva sobre la zona abdominal, para reforzar el perineo y evitar la incontinencia urinaria o un prolapso de ciertos órganos.
Se trata de ejercicios que ayudan a hacer frente a los problemas urinarios, digestivos y vasculares. También permiten reducir los riesgos asociados a los ejercicios tradicionales. Independientemente de vuestro punto de vista sobre el tema, se deben realizar estos ejercicios, no porque están de moda, sino porque se tienen ganas.
El concepto de abdominales hipopresivos y de sus derivados son el fruto de la reflexión del doctor belga Marcel Caufriez que desarrolló un programa en el que las técnicas hipopresivas se utilizaban en tres tipos de ejercicios: gimnasia hipopresiva, aspiración diafragmática y transferencia de tensión.
Las técnicas hipopresivas se basan en diferentes posturas estáticas o dinámicas, en búsqueda, entre otros, de la relajación del diafragma y de la contracción del músculo dentado anterior. De esta forma se puede reducir la tensión del cinturón abdominal y del perineo. Adoptando estas posturas y manteniéndolas durante 25 segundos cada una, se pueden obtener resultados muy positivos, con una contracción involuntaria de los abdominales y del suelo pélvico.