Respirar desde el diafragma es un método muy eficaz para reducir la tensión. Asimismo, según las investigaciones, puede ayudar con enfermedades que inhiben la respiración, como el enfisema pulmonar.
Se trata de un músculo ancho situado justo debajo de los pulmones, el cual expande el abdomen durante las respiraciones profundas a medida que los pulmones se llenan de aire.
Prueba la respiración diafragmática ante esas situaciones de tu vida personal y laboral que te hacen sentir ansioso o estresado. Durante los entrenamientos, utilizar este músculo te ayudará a aumentar la cantidad de oxígeno, previniendo los mareos y las náuseas.
Si nunca has probado respirar desde el diafragma, practica primero este ejercicio, el cual te ayudará a dominar la técnica para que puedas recurrir a ella siempre que necesites calmarte y volver tomar el control de tu propio cuerpo. También es muy aconsejable para las personas con la tensión arterial alta:
Túmbate boca arriba y coloca una mano en el vientre, justo debajo de las costillas. Simplemente, dejala reposar, no presiones.
Realiza un o dos bostezos para expulsar todo el aire y a continuación inhala durante cuatro o cinco segundos, llenando el vientre de aire. Si lo estás haciendo bien, verás como tu mano sube.
Y ahora, exhala. Se trata de hacer lo mismo pero al revés. Expulsa el aire del abdomen a la misma velocidad a la que lo tomaste, asegurándote de que tu mano desciende junto a tu vientre
Practica este ejercicio las veces que haga falta hasta que lo domines completamente. Luego lo podrás poner en práctica sentado en el trabajo o en el coche, e incluso de pie, sin ninguna dificultad.