Probablemente te has preguntado más de una vez por qué el huevo se agrieta, por qué es necesario añadir sal al agua para hervirlo, por qué se pone verde cuando se cocina o cómo saber si un huevo está fresco. Veamos algunos datos interesantes sobre el huevo.
Los huevos agrietados
Vamos a empezar por explicar por qué los huevos se agrietan durante la cocción, porque a menudo pueden estropear muchas recetas. Lo que ocurre es que el rápido calentamiento del huevo no permite que el aire situado dentro atraviese los poros a nivel de la parte más plana de la cáscara.
Esto sucede con más frecuencia cuando hervimos el huevo justo después de sacarlo de la nevera. Te recomendamos cocinarlo en agua fría. También tienes la posibilidad de hacer un pequeño agujero en la parte plana de la cáscara. Por eso, al cocinarlo, se puede ver un chorro de aire que sale a través de esta abertura.
La espuma blanca
Además de las grietas, también es muy común que aparezca en el momento de cocinar el huevo una especie de espuma blanca. Si queremos evitar esto, hay que añadir sal al agua de la cocción porque la sal disuelta en agua acelera la coagulación de la clara de huevo en la grieta, causando cicatrización del problema.
Las yemas de huevo se ponen verde
Por otro lado, es común que la yema se ponga verde, y esto no es demasiado agradable a la vista, haciéndola poco apetitosa. Esto sucede porque cuando el huevo se calienta, se produce sulfuro de hidrógeno -el gas responsable del olor a «huevo podrido»- y en caso de un enfriamiento lento, el gas provoca una reacción en la superficie de la yema del huevo. Reacciona con el hierro de la yema del huevo y forma un depósito oscuro de sulfuro de hierro.
Para evitar que esto suceda, es necesario enfriar el huevo que se ha cocinado en agua fría para detener la reacción que se produce y que la yema conserve su color amarillo.
Huevos frescos
Hay muchas maneras de saber si un huevo es fresco o no, y esto es útil porque el consumo de huevos en mal estado puede ser muy perjudicial para la salud. Una manera de averiguarlo es colocar el huevo en un vaso o en cualquier recipiente con agua y verlo flotar. Esto está relacionado con la porosidad de la cáscara, ya que con el tiempo, el agua se escapa en forma de vapor a través de los poros y se sustituye por aire. Cuanto más flote, menos fresco está. En caso de que permanezca en la superficie, es mejor evitar su consumo.