Durante las fiestas, normalmente se piensa en someterse a una comida demasiado copiosa, con mucha grasa, y bastante alcohol. Sin embargo, es posible anticiparse al día siguiente que normalmente suele ser difícil, aplicando algunos trucos.
Darse gusto sin privarse, sin perder la forma y el lleno de energía es posible. El equilibrio que se debe encontrar para disfrutar plenamente de las comidas de las fiestas no suele ser evidente. Así que lo mejor es prevenir y no tanto curar. Veamos algunos consejos para evitar caer en las trampas de los excesos.
Hacer deporte por la mañana
Como la cena será excesiva, conviene anticiparse a los excesos de la noche, comenzando el día por una sesión de deporte que aumente el desgaste energético del día. Los nutrientes serán consagrados a la recuperación y a la reparación y no tanto al almacenamiento en forma de grasa.
Las verduras en la comida
El día de la comida o de la cena de las fiestas, conviene tomar verduras al mediodía para prevenir la acidez que las proteínas de la cena crean en el cuerpo. Esto equilibra igualmente el día y luego por la noche no se pueden comer.
Llegar sin hambre a la cena
Es importante no sentarse en la mesa con el estómago vacío. Antes de salir, se debe comer una fruta acompañada de un té verde. De esta forma se hincha el vientre y se reduce la sensación de hambre. De esta forma se evita caer en la trampa de los aperitivos y de los snacks salados y grasos.
Antes y durante las comidas
Antes de sentarse en la mesa, se debe beber de 2 a 3 cucharadas de aceite de oliva, porque previene el mecanismo de fermentación protegiendo las vías digestivas. Conviene beber agua para evitar la deshidratación. Normalmente nos lanzamos sobre la comida de manera puramente emocional. Algunas grandes respiraciones permiten calmar el estrés y comer lentamente.