Muchas personas ven el ejercicio como un simple medio para perder peso. No hace falta dedicr que tener ese concepto es un error, pues aumenta las probabilidades de abandonar el entrenamiento una vez alcanzado su objetivo, renunciando a enormes beneficios que no guardan relación con la línea.
Es importante dar a conocer que existen beneficios del ejercicio no relacionados con el peso. Sólo cuando somos plenamente conscientes de ello, podemos enfocarlo como el enriquecedor modo de vida que es y no como una solución a un problema puntual.
El ejercicio estimula el desarrollo neuronal y mental, y no sólo en las personas jóvenes, sino también en las de la tercera edad. Los hombres y mujeres de más de 60 años tienen la oportunidad de promover el buen funcionamiento de su memoria entrenando de manera regular. Asimismo, mejora el estado de ánimo, previniendo la ansiedad y la depresión.
Seguramente te has dado cuenta que no hay nada más efectivo para entrar en un sueño profundo que un cuerpo y una mente cansadas. La ciencia ha llegado a la conclusión de que entrenar cada día es una de las mejores curas contra el insomnio.
Encontrar maneras saludables de aliviar el estrés es fundamental para evitar llegar a un punto en que se acabe vuelviendo en nuestra contra en forma de sobrepeso o trastornos emocionales. Baile, yoga, natación, running… Prueba hasta encontrar la actividad física que más te ayude a mantener a raya el estrés.
El ejercicio fortalece el corazón, a través de la reducción del colesterol y la regulación de la tensión arterial. Estimula el sistema inmunológico. Y mantiene los huesos y músculos fuertes. En definitiva, el mayor de los beneficios del ejercicio no relacionados con el peso es que contribuye a una vida más larga y feliz.