Después de hacer ejercicio, especialmente running, los músculos de las piernas y la espalda tienden a doler. Estas posturas de yoga te ayudarán a recuperar tus músculos para continuar con tu rutina diaria.
Además, aumentan la flexibilidad y liberan muchísima tensión, tanto en las piernas como en la espalda, razón por la que también puedes ponerlos en práctica después de uno de esos maratonianos días de oficina.
Separa las piernas a aproximadamente 1 metro de distancia, intentando que los dedos de los pies miren hacia dentro. Entrelaza los dedos de las manos por detrás mientras realizas un buena inhalación. Presiona los pulgares juntos.
Mientras exhalas, ve bajando el tronco hasta acercar todo lo que te sea posible la cabeza al suelo. Asegúrate de mantener las piernas rectas en todo momento y de utilizar los dedos de los pies para soportar el peso de tu cuerpo. Mantén esa posición, con los pulgares mirando hacia delante, durante cinco respiraciones profundas (unos 30 segundos). Repite el ejercicio si lo consideras necesario.
Estando de pie, da un paso adelante con el pie derecho, de manera que haya unos 90 cm de distancia entre ambos pies. Inclina el tronco sobre la pierna derecha, apoyando las manos en las caderas o en cualquier otra parte de la pierna delantera.
Baja todo lo que puedas sin doblar las piernas y aguanta la posición durante cinco respiraciones profundas. Una vez que tu cabeza te alcance la rodilla, coloca las palmas de las manos en el suelo, cada una a un lado del cuerpo y con los dedos mirando hacia atrás. Repite el ejercicio con la pierna contraria.
Siéntate sobre una esterilla con las piernas estiradas hacia delante. Ahora sepáralas todo lo que te sea posible y mantenlas ahí. Con la espalda recta, gira el torso hacia el lado derecho. Inclínate sobre la pierna estirada hasta que el torso toque tu muslo. Mientras tanto, sujétate el pie con ambas manos. Realiza cinco respiraciones profundas y repite la misma operación con la pierna izquierda.
Asegúrate de llevar a cabo estas tres posturas de yoga siempre que termines de correr o cualquiera que sea tu método de entrenamiento. No te llevará más de diez minutos y tus músculos te lo agradecerán enormemente.