Son muchas las personas que se proponen deshacerse de esos kilos de más con la llegada del otoño. Dejar de ingerir estas tres comidas que no dejan perder peso es un excelente punto de partida para recuperar la línea.
Carne roja: Además de obstaculizar la pérdida de peso, aumenta el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer. Si quieres mantener la línea y gozar de buena salud en general, es fundamental apostar por la carne blanca o adoptar un estilo de vida vegetariano. Filetes, carnes procesadas, embutidos… la presencia de estas comidas en tu dieta debe ser mínima.
Frituras: Las patatas fritas son el principal responsable de la obesidad, según las investigaciones. Disfrutar de unas pocas de vez en cuando (pongamos una vez a la semana) no es perjudicial, pero si estas o cualquier tipo de fritura se hacen un sitio en tu plato de manera regular, no sólo no podrás deshacerte de las acumulaciones de grasa, sino que estas irán en aumento rápidamente.
Refrescos y zumos envasados: Nutricionalmente, su valor es nulo. Además, presentan riesgos para la salud, como un mayor riesgo de fallo cardíaco y de accidente cardiovascular, así como de desarrollar obesidad. Las investigaciones indican que las personas que beben dos refrescos diarios tienen un 500 por ciento más de cintura que los no bebedores.
Carne roja, frituras y refresco… justo lo que ofrecen los restaurantes de comida rápida en sus menús. Alejarse de estos establecimientos es un método infalible para perder peso, ya que nos libramos de una gran cantidad de grasas saturadas y carbohidratos refinados. Naturalmente, en casa también hay que evitar estas comidas, cambiándolas por opciones más saludables y amables con la línea: carne blanca a la plancha, verdura, granos, semillas, legumbres, fruta y agua para beber.