A medida que se cumplen años, sobre todo a partir de los 45 años, el cuerpo tiende a encorvarse. Si no se toman medidas, los hombros se caen y el cuello se viene hacia delante. En definitiva, la postura es cada vez menos natural, con lo que a su vez aumenta el riesgo de lesiones óseas y musculares. Uno de los métodos de prevención más eficaces que existen es el yoga.
Y es que esta disciplina física y mental originaria de la India se caracteriza por un fortalecimiento general del cuerpo, además de un aumento de la flexibilidad, dos factores claves para mantener una postura correcta a medida que se envejece.
Practicar yoga de manera regular previene el encorvamiento del cuerpo, pues para mantener la mayoría de las posturas, los músculos deben trabajar para fortalecerse y flexibilizarse, lo que ayuda a desarrollar la fuerza del núcleo.
Cuando una persona tiene un núcleo fuerte, es más probable que camine erguida y se siente recta ante el ordenador de la oficina, en el coche de camino a casa y en el sofá frente al televisor. Mantener una postura correcta durante todo el día es fundamental para que no aparezcan signos de encorvamiento con los años.
El yoga también ayuda a mejorar la postura de las personas jóvenes cuyo encorvamiento se debe a otras causas diferentes al envejecimiento, dado que nos proporciona un gran conocimiento de nuestro cuerpo. Si hay algo relativo a la postura que se puede ajustar para caminar más erguidos, el yoga nos lo señalará rápidamente y nos dará las herramientas para realizar dicho ajuste de una forma serena y duradera.
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