Tos ferina: rebrote en la región, resistencias y respuesta sanitaria

  • OPS alerta por el resurgimiento de la tos ferina y la aparición de cepas resistentes a macrólidos
  • La caĆ­da de las coberturas de vacunación favorece brotes y complicaciones en lactantes
  • PerĆŗ registra el mayor impacto reciente; MĆ©xico refuerza capacitación y Guatemala mantiene vigilancia
  • Laboratorios y redes regionales estandarizan diagnóstico y seguimiento

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Alerta sanitaria: aumento de casos en las AmƩricas.

La tos ferina ha vuelto a situarse en el radar sanitario de las Américas con un aumento apreciable de casos y señales de alerta que no conviene ignorar. Diversos organismos y ministerios coinciden en que vacunación, vigilancia y uso prudente de antibióticos son hoy el triÔngulo bÔsico para evitar que la enfermedad recupere terreno.

En paralelo, preocupa la detección de variantes de Bordetella pertussis menos sensibles a macrólidos, circunstancia que complica el tratamiento de los pacientes y la profilaxis de contactos. La OPS subraya que el fortalecimiento de los laboratorios y la coordinación regional son claves para detectar la resistencia a tiempo y orientar la respuesta ante brotes.

Repunte y resistencias en el continente

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Resistencia bacteriana: vigilancia genómica clave.

El tratamiento estÔndar de la tos ferina se apoya en antibióticos del grupo de los macrólidos (azitromicina, claritromicina, eritromicina), pero se han documentado mutaciones en el 23S rRNA que reducen su eficacia. Desde 2024 se notifican episodios con esta característica en Brasil, Estados Unidos, México y Perú, un patrón que la OPS observa con especial atención por su potencial de expansión.

Las cifras recientes encajan con ese cambio de ciclo: tras contabilizarse 4.139 casos en 2023, el total saltó a 43.751 en 2024. En los primeros siete meses de 2025, nueve países ya registraron mÔs de 18.595 casos y 128 fallecimientos, un balance que la OPS relaciona directamente con coberturas vacunales insuficientes y una mayor movilidad internacional.

Para plantar cara a este escenario, la organización insta a reforzar la red de laboratorios de referencia y los sistemas de salud pública. Iniciativas como ReLAVRA+ y la red genómica PAHOgen contribuyen a estandarizar métodos diagnósticos y a compartir datos para una respuesta mÔs Ôgil. En ese marco se celebró el 19 de agosto un seminario con especialistas de Colombia, México, Brasil y Perú centrado en detección de resistencia y estrategias de vigilancia.

El mensaje de fondo es nítido: si se incrementa la cobertura de vacunación, se detectan antes los casos y se usa de forma responsable la antibioterapia, la tos ferina puede contenerse y evitar picos de mortalidad en los grupos mÔs vulnerables.

Vacunación en descenso y a quién proteger

Tras los retrocesos de la pandemia, las coberturas regionales de DTP1 y DTP3 tocaron suelo en 2021 (87% y 81%) y, aunque repuntaron parcialmente en 2023 (90% y 88%), siguen por debajo del 95% recomendado por la OPS. Este hueco de inmunidad facilita la transmisión de una infección capaz de provocar cuadros graves, sobre todo en lactantes y recién nacidos.

La protección comienza con el calendario infantil y se refuerza en la adolescencia y el embarazo. La vacunación de gestantes entre las 27 y 36 semanas aporta anticuerpos al bebé en el periodo mÔs crítico, una medida especialmente indicada cuando hay brotes o exposición elevada.

  • BebĆ©s: vacuna pentavalente a los 2, 4 y 6 meses.
  • Refuerzos infantiles: DTP a los 18 meses y a los 4 aƱos.
  • Adolescentes: Tdap alrededor de los 10 aƱos (segĆŗn pauta nacional).
  • Embarazo: Tdap en semanas 27-36 de gestación.

AdemÔs de la inmunización, las autoridades recomiendan aislar los casos confirmados durante los primeros días de tratamiento, extremar la higiene de manos y cubrirse al toser o estornudar para reducir la propagación.

Radiografía por países: Perú, México y Guatemala

Perú atraviesa el impacto mÔs severo de los últimos años. Hasta el 23 de agosto, el CDC-Minsa notificó 2.095 contagios y 30 fallecimientos, con un peso notable en menores de 5 años y recién nacidos. Loreto presenta la incidencia mÔs alta del país, mientras que Lambayeque, Puno, Cajamarca y Cusco concentran también un número importante de casos. En 22 departamentos se han confirmado infecciones, lo que refleja una dispersión ya nacional.

El descenso sostenido de la cobertura —aproximadamente el 70% de los niƱos completa las tres dosis de pentavalente— ha dejado a miles de menores expuestos. Aunque el Ministerio de Salud ha desplegado brigadas por vĆ­a fluvial, terrestre y aĆ©rea y descarta una epidemia nacional, el volumen de registros, el mĆ”s alto desde 2013, indica que los esfuerzos deben intensificarse.

En México, la Secretaría de Salud, en coordinación con la OPS/OMS, organizó un Taller Nacional sobre Tos Ferina con mÔs de 120 profesionales de las 32 entidades. El encuentro abordó vacunación, vigilancia epidemiológica y tratamiento, con énfasis en la inmunización materna y la capacitación del personal para mejorar la respuesta ante brotes.

Guatemala, por su parte, mantiene la guardia alta: el Ministerio de Salud ha confirmado 110 casos en 17 departamentos y, hasta la fecha indicada, no reporta fallecimientos. El caso detectado en un estudiante del Hospital Roosevelt activó medidas de bioseguridad y fortaleció la vigilancia, junto con recordatorios sobre la vacunación pentavalente, TDP y Tdap disponibles en el sistema público.

Síntomas, transmisión y recomendaciones prÔcticas

La tos ferina —tambiĆ©n llamada coqueluche— puede empezar como un simple catarro, pero despuĆ©s evoluciona a accesos de tos intensos que dificultan respirar y a veces provocan vómitos. El periodo de incubación suele ser de 7 a 10 dĆ­as y los episodios pueden prolongarse durante semanas si no se trata a tiempo.

  • Tos repetitiva en rĆ”fagas, con posible silbido al inspirar.
  • Fatiga marcada tras los ataques y vómitos pos-tos.
  • Duración prolongada: puede alargarse mĆ”s de diez semanas.

El contagio es muy eficiente por gotas respiratorias al toser, estornudar o hablar a corta distancia. Con frecuencia, los bebés adquieren la infección de familiares o cuidadores que desconocen que estÔn contagiados, lo que refuerza la necesidad de vacunar al entorno cercano.

Ante síntomas compatibles, conviene consultar sin demora. El diagnóstico mediante toma nasofaríngea es mÔs certero en las primeras semanas y, bajo indicación médica, el antibiótico adecuado ayuda a reducir el contagio y las complicaciones. También se aconseja evitar irritantes (humo, contaminación, perfumes) y mantener una buena hidratación.

La experiencia reciente en la región deja claro que el control de la tos ferina pasa por recuperar coberturas de vacunación altas, reforzar la detección temprana y compartir información de laboratorio en tiempo real; solo así se cortan las cadenas de transmisión y se protege a quienes mÔs se la juegan: los lactantes.