Para no engordar, la solución es tan sencilla como comer menos. Una de las causas principales del sobrepeso y la obesidad es comer en exceso.
Los siguientes trucos te ayudarán a ser mucho más consciente de en qué momento debes empezar a comer y en qué momento debes dejar de hacerlo por el bien de tu silueta y tu salud en general.
Siéntate frente a tu plato sólo cuando estés realmente hambriento. Comer por comer es un error que las personas cometen a menudo, el cual contibuye a la ganancia de peso y a problemas digestivos.
Come lentamente y céntrate en cómo sientes el estómago después de cada mordida. De esta manera, te asegurarás comer sólo lo que tu cuerpo necesita. Y es que se ha demostrado que el cerebro tarda entre 20 y 30 minutos en procesar que hemos comido y estamos satisfechos. Terminar nuestra ración en menos tiempo empuja a tomar más alimentos de los que en realidad se necesitan.
Deja de comer antes de sentirte completamente lleno. Imagina una escala del 1 al 10. El 1 es cuando estás hambriento y con el 10 te sientes tan lleno que el vientre duele y se hincha. Lo ideal para comer menos calorías diarias y prevenir el dolor de estómago es quedarse en un punto medio, alrededor del 6. Hemos saciado el apetito, pero no sentimos el estómago completamente lleno.
Una vez alcances el 6 en la escala, saca la comida de la vista inmediatamente. Si la dejas cerca, te sentirás tentado de volver a comer, así que envuélvela para más tarde o dásela a alguien. Si te sobra mucha comida durante varios días seguidos, considera reducir el tamaño de tus porciones para no malgastar alimentos.