Los dolores de huesos aparecen tras una lesión, o una sobrecarga, por culpa de ciertas enfermedades como la osteoporosis, la artrosis o la artritis, o enfermedades todavía más graves.
Si estos dolores de huesos son frecuentes, o permanentes, conviene consultar a un médico. Los remedios naturales que ahora exponemos son complementarios y no suficientes en caso de dolores prolongados o intensos.
La fitoterapia, el uso de plantas medicinales, permite aliviar el dolor de huesos, reduciendo la inflamación y favoreciendo el movimiento articular. Se pueden consumir estas plantas en infusión o en forma de cataplasma.
La cola de caballo es una de estas plantas medicinales. Favorece la creación del tejido óseo y acelera la curación en caso de fisuras y fracturas. Se recomienda a los pacientes con osteoporosis.
Conviene tomar todos los días una infusión de cola de caballo con un poco de miel, hasta que se note una mejoría. En caso contrario, conviene consultar con un médico, y si es posible con un especialista.
En caso de artrosis, se puede recurrir al romero cuyas propiedades alivian los dolores en los cartílagos. Se pueden tomar infusiones de romero y masajear la zona dolorida con aceite de romero.
Una acumulación de líquido en una zona del cuerpo puede provocar dolores óseos. Para facilitar la eliminación de estos líquidos, no hay nada mejor que la ortiga, por razón de sus propiedades diuréticas.
Para hacer una infusión de ortiga, se hierve la hoja previamente lavada durante 10 minutos. También se puede empapar una cataplasma con el líquido obtenido y aplicarla sobre la zona dolorida durante 20 minutos.
La infusión de jengibre también es eficaz para combatir los dolores de huesos. Esta planta tan importante en la medicina china permite reducir la inflamación de las articulaciones.