El hígado realiza más de 500 funciones, incluyendo la limpieza del cuerpo en cuanto a venenos, toxinas, bacterias y virus, razones más que suficientes para mantener la salud del hígado como una premisa muy importante para el bienestar general.
El hígado es el órgano que trabaja sin descanso para desintoxicarse, inactivar y excretar sustancias tóxicas, drogas, hormonas, células muertas y dañadas del cuerpo, pero sin embargo, una sobrecarga de toxinas puede dejar al hígado agotado, permitiendo que el material tóxico y los desechos entren en la sangre, causando síntomas tales como desequilibrios hormonales, fatiga y debilidad del sistema inmunológico.
Los síntomas físicos se manifiestan a nivel muscular, como alergias, indigestión, flatulencia, problemas oculares (manchas, rojas o llorosos ojos), dolores de cabeza, sofocos, insomnio, irritabilidad, síndrome premenstrual y tensión en el cuello.
Otros signos que indican un hígado abrumado incluyen; una lengua de color amarillo, sabor amargo en la boca y una digestión más lenta de las grasas, situación que extendida en el tiempo motiva la obesidad.
El hígado juega un papel importante en el metabolismo y participa en el procesamiento de las grasas, carbohidratos, proteínas y vitaminas, así como en el almacenamiento de minerales, además de ser un reservorio importante de sangre, filtrando más de 1,4 litro por minuto, ya que está compuesto de células especializadas para limpiarla o células de Kupffer, las cuales son capaces de destruir casi el 99% de las bacterias dañinas de la sangre venosa portal a su paso por el hígado.
El hígado también produce y secreta casi un litro de bilis por día, por lo tanto el cuidado de su hígado es muy importante para mantener la energía y la desintoxicación orgánica, promoviendo así la prevención de las enfermedades.
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