La ingesta de líquidos puede proporcionar hidratación a la piel, y ayudar a mantenerla saludable, como es el caso del agua, pero no todas las bebidas son beneficiosas para esta parte de nuestro cuerpo. Abusar de algunas, sobre todo de dos, puede acabar por arruinar el estado de tu piel.
Estas bebidas son los refrescos y el alcohol, las cuales consumidas con moderación (entre dos y tres veces por semana) no tienen repercusiones negativas sobre la piel, sin embargo, cuando se toman con regularidad terminan por aparecer señales de envejecimiento nada agradables al mirarse al espejo, como arrugas, ojeras y falta de uniformidad en el tono de la piel.
Se ha demostrado que los refrescos, y en general, todas las bebidas ricas en azúcar, pueden dañar la formación de colágeno, un tejido muy importante para la imagen que proyectamos, ya que a través de él se fabrican conexiones que ayudan a mantener la piel firme. De esta manera, abusar de las bebidas carbonatadas aumenta el número de arrugas y provoca que estas aparezcan de manera más temprana.
El alcohol es la segunda bebida que puede arruinar el estado de tu piel, aunque por razones distintas a los refrescos. El whiskey, la cerveza, etc, tienen un efecto diurético en el organismo que puede dejar la piel hundida y descolorida. Esto se produce porque el alcohol absorbe la humedad de la piel. Para prevenirlo, naturalmente, la solución reside en reducir al máximo la ingesta de este tipo de bebidas, y beber mucha agua cuando las ingeramos para contrarrestar su fuerte efecto diurético.