El laurel está muy presente en nuestra gastronomía, cientos de platos nos brindan con su sabor y olor. Ese toque tan especial a parte de dejarnos un regusto delicioso, también nos beneficia en el interior de nuestro organismo.
El laurel se ha utilizado para aliviar afecciones digestivas, aunque hay que tener en cuenta que si se toma en grandes cantidades puede producirnos náuseas, vómitos e irritaciones gástricas.
Es una planta silvestre, puede encontrarse en multitud de zonas de la península Ibérica. Es de crecimiento lento y es popularmente conocida por su olor y sabor. Entre las propiedades que más se le atañen son las hepáticas, diuréticas, dermatológicas, antirreumáticas o carminativas.
Propiedades del laurel
En su composición se encuentran ácidos grasos instaurados que alivian la indigestión. Además de ácidos orgánicos, sustancias bactericidas y antioxidantes. Además, el potasio, manganeso y el magnesio están muy presentes.
Los que necesitan ganar algo de peso es ideal aliñar sus platos con laurel porque estimula el apetito gracias al cineol y el eugenol.
Después de una comida copiosa se recomienda tomar una infusión de laurel para cuidar la digestión, quitar la pesadez y el dolor abdominal.
Las hojas de esta planta se utilizan en cientos de preparaciones en la cocina y a su vez, como medicina para aliviar la indigestión. Esto se debe a que es su composición se encuentran ácidos grasos insaturados, ácidos orgánicos, sustancias bactericidas y antioxidantes, así como también calcio, manganeso, potasio y magnesio.
Una forma de prepararlo es colocar 20 hojas de laurel en un litro de agua hirviendo. Esta infusión te ayudará además a eliminar la mucosidad, alivia los síntomas de la bronquitis y la faringitis por ser un gran bactericida.
Como todos los alimentos, un consumo en exceso puede provocar varias patologías:
- vómitos
- náuseas
- irritación en la mucosa gástrica
- dermatitis
- irritación de la piel
- prestar atención si se está embarazada