Un amplio ensayo clínico realizado en España confirma que adoptar una dieta mediterránea hipocalórica combinada con más actividad física reduce la aparición de nuevos casos de diabetes tipo 2 en personas con exceso de peso y alto riesgo metabólico, según resultados publicados en Annals of Internal Medicine por un equipo coordinado desde el CIBER del ISCIII.
Se trata de los primeros datos de eficacia clínica de PREDIMED-Plus, un ensayo multicéntrico que siguió durante seis años a miles de participantes en todo el país y que compara una dieta mediterránea sin restricción calórica frente a una versión energéticamente reducida acompañada de ejercicio y apoyo conductual.
Qué demuestra el nuevo análisis
El grupo con intervención intensiva logró una reducción relativa del 31% en nuevos casos de diabetes frente al seguimiento de la dieta mediterránea sin objetivo calórico ni ejercicio: el riesgo absoluto fue 9,5% vs 12%, respectivamente. Además, mostraron mejor adherencia a la alimentación propuesta, más actividad física y menor necesidad de medicación hipoglucemiante una vez diagnosticados.
Los autores subrayan que los componentes de la dieta mediterránea, como las legumbres, ricos en fibra y de bajo índice glucémico, actúan de forma sinérgica sobre mecanismos implicados en la diabetes tipo 2 como la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo, efectos que se potencian con la pérdida de peso y el ejercicio.
Diseño y participantes
El ensayo incluyó a 4.746 adultos de 55 a 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico, sin enfermedad cardiovascular ni diabetes al inicio. La asignación fue aleatoria a dos programas: dieta mediterránea sin metas de restricción calórica ni promoción de ejercicio, o una estrategia conductual centrada en una dieta mediterránea hipocalórica (-600 kcal/día) más actividad física regular y apoyo profesional.
En el brazo intensivo se incentivaron actividades asequibles como caminar a paso ligero y ejercicios de fuerza y equilibrio, con seguimiento periódico para mantener la adherencia a la pauta dietética y al plan de movimiento.
Tras seis años, el grupo de intervención consiguió mayor reducción de peso corporal (-3,3 kg) y de perímetro de cintura (-3,6 cm), frente a los cambios del grupo comparador (-0,6 kg y -0,3 cm), acompañado de un perfil terapéutico más favorable.
Amplia colaboración y financiación
El proyecto fue coordinado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III, con participación de las áreas CIBEROBN, CIBERESP y CIBERDEM, y la colaboración de más de 200 especialistas de universidades y hospitales de toda España.
Entre las instituciones participantes destacan la Universitat Rovira i Virgili y el IISPV (Reus), la Universidad de Navarra, la Universidad de Valencia, el IMIM-Hospital del Mar, el Hospital Clínic de Barcelona, la Universidad de Málaga, el IMIBIC y Hospital Reina Sofía (Córdoba), la Universidad de Granada, Bioaraba-Osakidetza-UPV/EHU (Vitoria-Gasteiz), así como la colaboración internacional de la Harvard T.H. Chan School of Public Health.
La iniciativa contó con una financiación superior a 15 millones de euros, principalmente del ISCIII y del Consorcio CIBER. Por su impacto y alcance, Nature Medicine destacó PREDIMED-Plus entre los estudios llamados a transformar la práctica clínica en los próximos años.
Antecedentes: del PREDIMED al PREDIMED-Plus
El estudio PREDIMED original demostró que una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen extra o frutos secos disminuía la incidencia de diabetes alrededor de un 30% frente a una dieta baja en grasas, si bien con pérdidas de peso discretas.
PREDIMED-Plus da un paso más con una intervención de estilo de vida más intensiva: control calórico moderado, siempre tras consultar al médico, promoción sistemática del ejercicio y apoyo conductual, buscando consolidar pérdida de peso, mejor control glucémico y beneficios cardiometabólicos sostenidos.
Implicaciones para la práctica clínica y la salud pública
Los autores estiman que añadir restricción calórica y actividad física a la dieta mediterránea evita que aproximadamente tres de cada cien personas desarrollen diabetes tipo 2 en seis años, una mejora tangible y trasladable a Atención Primaria con potencial de coste-efectividad.
Un editorial acompañante, procedente del ámbito académico estadounidense, subraya la relevancia internacional del hallazgo y recuerda los retos para escalar la estrategia más allá del contexto mediterráneo: acceso a alimentos saludables, entornos urbanos que faciliten el ejercicio y apoyo profesional continuado.
Para referentes del área como Miguel Á. Martínez-González y Frank Hu, el trabajo refuerza que cambios factibles y mantenidos en dieta y estilo de vida pueden prevenir millones de casos si se implementan con programas de seguimiento y educación adecuados.
Datos clave del estudio
- Diseño: ensayo aleatorizado multicéntrico con dos estrategias (dieta mediterránea ad libitum vs hipocalórica + ejercicio + apoyo conductual).
- Población: 4.746 participantes de 55-75 años con sobrepeso/obesidad y síndrome metabólico, sin diabetes ni enfermedad cardiovascular al inicio.
- Resultados: incidencia de diabetes 9,5% (intervención) vs 12% (control); pérdida media de 3,3 kg y -3,6 cm de cintura (intervención).
- Intervención dietética: reducción planificada de 600 kcal/día, pauta mediterránea rica en fibra y de bajo índice glucémico.
Referencia científica
Publicación en Annals of Internal Medicine: Ruiz-Canela M, Corella D, Martínez-González MÁ, et al. Comparación entre una dieta mediterránea reducida en energía y actividad física frente a una dieta mediterránea ad libitum en la prevención de la diabetes tipo 2. DOI: 10.7326/ANNALS-25-00388 (publicación electrónica adelantada).
Los datos refuerzan que una dieta mediterránea hipocalórica, acompañada de actividad física y apoyo conductual, es una vía viable, culturalmente aceptada y sostenible para reducir la diabetes tipo 2 en poblaciones con sobrepeso y alto riesgo, con beneficios medibles en peso, cintura y uso de medicación.
