Saltarse las comidas no es la respuesta correcta a ninguna cuestión. Se trata de un error que cometen muchas personas (especialmente aquellas que desean perder peso), pero puede ir en perjuicio de su cuerpo.
Si no tienes hambre a la hora de comer, puede deberse a que has comido demasiado en la comida anterior, a un metabolismo lento o, simplemente, a que estás picando demasiado entre horas. Por lo tanto, existe una solución.
Los nutricionistas recomiendan realizar cinco comidas diarias, algunos incluso seis. Si no tienes hambre, toma algo pequeño y saludable, pero no te saltes la comida. Una ensalada ligera de verduras con una pequeña cantidad de proteínas es una idea altamente recomendable. Un puñado de frutos secos y una pieza de fruta también ayudará a que tu metabolismo siga funcionando cuando no te sientes especialmente hambriento.
Para evitar que vuelva a suceder, considera recortar el tamaño de las porciones y reducir los aperitivos. De esta manera es más probable que tu estómago ruja un poco cuando se acerque la hora de la comida, algo que debemos interpretar como un signo de que estamos haciendo las cosas bien, sobre todo si la sensación de hambre se produce siempre a las mismas horas día tras día.
Mantener un horario de comidas regular y no saltarse ninguna es prioritario de cara a estar sanos y centrados. Y es que ayuda al cuerpo a mantener el metabolismo a pleno rendimiento y mantener unos niveles normales de energía y de azúcar en la sangre. Si no le suministramos el combustible (vitaminas, minerales, grasa, proteínas…) necesario, el metabolismo se ralentiza, aumentando el riesgo de sobrepeso, así como de numerosas enfermedades.
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