Mejores ejercicios de espalda en casa: guía completa

  • Combina tirón vertical y horizontal para estimular toda la espalda con mínimos recursos.
  • Bandas y TRX multiplican variantes y permiten progresar ajustando inclinación y tensión.
  • Incluye movilidad y activación escapular para mejorar postura y prevenir molestias.
  • Programa 2–3 sesiones/semana con técnica estricta y progresión gradual de carga.

ejercicios de espalda en casa

Cuando no apetece ir al gimnasio, el local está cerrado o estamos de viaje, no hay por qué renunciar a entrenar la espalda. Con creatividad y dos o tres utensilios sencillos (o incluso sin nada) es posible trabajar dorsales, trapecios y deltoides posteriores desde el salón de casa.

Existe una máxima del entrenamiento que aquí cobra todo el sentido: el material debe adaptarse a la persona, y no al revés. Casi todo lo que harías con máquinas y poleas puede simularse con el propio cuerpo, una toalla, una mesa resistente, bandas elásticas, un TRX o un par de garrafas a modo de mancuernas. A continuación tienes una guía completa, ordenada y práctica para sacar más partido al entrenamiento de fuerza, con variantes para todos los niveles y explicaciones claras de técnica.

Qué necesitas para entrenar la espalda en casa

Para sacarle partido al espacio doméstico conviene planificar un poco; consulta una guía total para cuidar el cuerpo. Elige una zona con margen para moverte, coloca una esterilla y revisa soportes fiables (mesa robusta, marco de puerta, barandilla o punto de anclaje seguro) si vas a usar bandas o TRX.

Material útil (opcional): tu propio peso corporal, una mochila para lastrar con libros o botellas, bandas elásticas, un sistema de suspensión tipo TRX y, si tienes, mancuernas o garrafas de agua. Con solo uno de ellos ya puedes armar una rutina efectiva, y con varios multiplicas las variantes.

Organiza tus sesiones alternando tirón vertical y tirón horizontal. Tirón vertical: manos por encima de la cabeza (p. ej., dominadas o sus simulaciones). Tirón horizontal: empujas los codos hacia atrás a la altura del torso (p. ej., remos). Combinar ambos garantiza un estímulo equilibrado de toda la espalda.

rutinas de espalda en casa

Ejercicios de espalda en casa sin material

Entrenar espalda sin equipamiento puede parecer complicado, pero con una toalla, el suelo y una mesa sólida puedes generar mucha tensión. Aquí tienes movimientos de distintos niveles de dificultad.

Dominadas deslizantes (tirón vertical sin barra)

Túmbate boca abajo y deslízate sobre el suelo simulando una dominada: manos por encima de la cabeza y codos hacia el costado al tirar. Para reducir la fricción coloca una toalla en pecho y abdomen. Empieza por la variante más sencilla y progresa hacia las más exigentes, cuidando que el tronco se mantenga alineado y estable.

Consejo técnico: identifica si el tirón es vertical (como este) o horizontal según la posición de las manos. Alterna ambas familias para estimular dorsales y romboides de forma completa.

Remo invertido bajo la mesa (tirón horizontal)

Colócate boca arriba bajo una mesa resistente, sujétate al borde y tira hasta tocar con el pecho la superficie. Visualiza que pegas un codazo hacia el suelo para dar protagonismo a la espalda. Si tiras con los bíceps, el estímulo se dispersa; si piensas en los codos, activa mejor dorsales y romboides.

Empuje de codos contra el suelo (retracciones escapulares)

Tumbado boca arriba, presiona el suelo con los codos para elevar la parte alta de la espalda. Es un isométrico que carga dorsal ancho, redondo mayor y sector medio de trapecio. Controla que el cuello no lidere el movimiento y que la elevación nazca entre las escápulas. Puedes facilitarlo elevando el tronco sobre un sofá o añadir dificultad con pausas y excéntricas lentas.

Trabajo con toalla: cinco ideas clave

Usa una toalla como resistencia manual. Tira de los extremos y no sueltes la tensión durante la serie. Movimientos tipo remo, jalón, face pull, pull-over y aperturas posteriores pueden simularse si mantienes la toalla siempre “viva”. Si pierdes la tensión, la espalda deja de trabajar y el ejercicio pierde eficacia.

Ejercicios con gomas elásticas

Las bandas son un gimnasio portátil. Puedes anclarlas a un poste estable, barandilla o marco robusto. Asegúrate de que el soporte no cede al tirar y coloca la goma a la altura adecuada para que la línea de tracción sea perpendicular a tu torso, y si además buscas mejorar la estética, consulta cómo eliminar la grasa en la espalda.

Simulación de dominadas con banda (tirón vertical)

Fija la banda por encima de la cabeza, sujétala a dos manos y acerca los codos al costado. Prueba boca abajo (tumbado) y boca arriba según te resulte más cómodo. Si dispones de un punto alto, puedes hacerlo de pie o sentado, cuidando que los codos desciendan y “metan” las escápulas en el bolsillo trasero. Esa sensación de “meter escápulas” protege los hombros y activa bien el dorsal.

Remo con banda (tirón horizontal)

Ancla la goma a la altura del ombligo. Tira de los codos hacia atrás y termina juntando omóplatos. Aprovecha el recorrido completo y controla la vuelta. Si anclas a los pies, asegúrate de que la goma no se escape; con muebles o barandillas, comprueba la estabilidad del soporte antes de empezar.

Face pull o remo a la cara

Coloca la banda a la altura de la cara o ligeramente por encima y tira llevando los codos hacia atrás y hacia arriba. Buscamos el deltoides posterior y la musculatura escapular baja-media, por lo que piensa en “abrir” con los codos. Mantén el pecho orgulloso y evita arquear en exceso la zona lumbar para focalizar el tirón en la espalda alta.

Pull-over con banda

Ancla la banda por detrás y en el suelo (por ejemplo, bajo un sofá robusto). Con brazos extendidos, lleva las manos hacia las caderas sin flexionar los codos. Debes notar tensión desde el inicio. Si doblas el codo, el trabajo “se va” al tríceps; con brazos rectos, lo lleva el dorsal.

Encogimientos de trapecio con banda

Pisa la goma o ancla por debajo y eleva los hombros hacia las orejas. Hazlo a dos manos o unilateral si necesitas más resistencia. Mantén una breve pausa arriba para mejorar la conexión con el trapecio superior y evita movimientos bruscos del cuello.

Entrenamiento en suspensión (TRX o similar)

El TRX permite ajustar la dificultad según tu inclinación: más vertical, más fácil; más paralelo al suelo, más intenso. Otra forma de progresar es pasar de dos manos a una mano. Para anclarlo en casa, una puerta bien cerrada suele ser suficiente, y al aire libre, un árbol o estructura sólida.

Remo con TRX

Mantén el cuerpo en bloque, activa el abdomen y tira de los codos hacia atrás. Tres progresiones útiles: remo bilateral, remo a una mano y remo con giro (rotando el tronco al final). Ajusta la base de apoyo y la inclinación para encontrar un esfuerzo que puedas controlar con buena técnica.

Remo a la cara con TRX

Lleva los codos hacia arriba y termina con las manos al lado de las orejas. Cambiando el vector del codo, cambian los músculos protagonistas (más deltoides posterior y escapulares). Este gesto ayuda a la salud del hombro al trabajar la retracción y rotación externa.

“T” e “Y” con TRX

Con brazos extendidos, eleva el tronco formando una T (brazos en cruz) o una Y (brazos en V). Mantén el cuerpo firme, sin flexionar codos, y deja que tiren los hombros y la espalda superior. Son patrones excelentes para higiene escapular y postura.

Variantes con mancuernas, garrafas y otros recursos

Si cuentas con mancuernas o puedes usar garrafas de agua como sustituto, tendrás una batería de ejercicios potente. Mantén siempre la espalda neutra, el core en tensión y prioriza el rango completo antes que el peso.

Remo con mancuerna a una mano

Apoya una rodilla y mano en un banco o sofá, tira con el codo hacia la cadera y baja controlado. Es un básico culturista para dorsales. Cuida que el hombro no se “caiga” y que el codo no se vaya hacia afuera en exceso.

Remo con mancuerna con pecho apoyado

Colócate boca abajo sobre un banco inclinado y rema con poco peso para sorpresa de la musculatura. Minimiza el impulso y evita arquear la zona lumbar. Esta variante reduce trampas y favorece la tensión muscular continua.

Remo con barra (agarre prono y supino)

Flexiona caderas, espalda recta y tira con la barra hacia el abdomen. En agarre prono el énfasis Suele ir más a dorsales y trapecio medio; en supino (brazos debajo de la barra) cambian ángulos y se facilita el tirón para algunos. Ve subiendo kilos sin comprometer postura.

Remo en máquina o con cable

Permite cargar sin castigar la zona lumbar si te colocas bien. Juega con agarres (estrecho, neutro, ancho) para tocar fibras distintas. Si tienes banda, puedes simularlo sentado en el suelo, anclando a un punto estable a la altura del ombligo para remar con recorrido amplio.

Dominadas y chin-up (variantes de agarre)

Trabaja supinas (palmas hacia ti), prono y neutras. No acortes el recorrido, activa las escápulas al iniciar y controla la bajada. Si tienes barra, prueba dominadas con toallas colgadas de ella: sube la demanda de antebrazos y mejora el agarre para tirones pesados.

Jalón al pecho y jalón de rodillas

En polea o con banda anclada alta, tira hasta la parte alta del pecho sin forzar los hombros. Variar el ancho de agarre cambia el énfasis. De rodillas, la postura obliga a estabilizar más el tronco y puede ayudarte a evitar arqueos lumbares.

Peso muerto y swings con pesa rusa

Aunque el peso muerto es un movimiento de cadena posterior global, da tamaño y fuerza a la espalda si lo ejecutas con técnica. Los swings, por su parte, usan el impulso de caderas y core, mientras los brazos acompañan. Coordina el patrón bisagra para proteger la zona lumbar.

Front squat y desplazamientos cargados

La sentadilla frontal no es un tirón, pero fortalece la postura y el tronco. Los farmers walks (pasos del granjero) con mancuernas o garrafas, y los desplazamientos con peso en hombros, mejoran agarre, estabilidad y control de la columna. Mantén la mirada al frente y la espalda alta firme.

Remo doble con pesas rusas

Con una kettlebell en cada mano, inclínate en bisagra y rema buscando el fallo técnico limpio (no por romper la postura). Avanza repes sin perder la línea neutral y evita el balanceo.

Movilidad, activación y ejercicios terapéuticos

Combinar fuerza con movilidad y estiramientos mantiene la espalda sana. Si arrastras molestias o vienes de lesión, consulta con un profesional y elige variantes seguras. Los siguientes movimientos son útiles para estirar y activar sin impacto.

Rodillas al pecho

Boca arriba, lleva una rodilla al pecho con las manos, presiona el abdomen y pega la zona lumbar al suelo. Mantén 5 segundos y alterna. Puedes hacerlo con ambas piernas para un estiramiento global suave y agradable para la zona baja.

Giro lumbar en el suelo

Tumbado, rodillas flexionadas, deja caer ambas piernas hacia un lado sin despegar hombros. Mantén 5–10 segundos y cambia. Controla la respiración para liberar tensión y evitar tirones.

Flexibilidad lumbar (basculaciones pélvicas)

Desde tumbado, arquea suavemente despegando la zona baja y luego pega la espalda empujando el ombligo hacia el suelo. Empieza con 5 repeticiones al día y sube hasta 30 de forma progresiva, buscando control motor, no fuerza.

Puente

Boca arriba, rodillas flexionadas, aprieta abdomen y glúteos y eleva caderas hasta formar una línea rodillas-hombros. Respira tres veces arriba, baja y repite. Es un gran complemento para la espalda porque refuerza glúteo y estabilidad lumbopélvica.

Gato–camello

En cuatro apoyos, redondea la espalda elevando el ombligo y luego invierte el gesto mirando al frente. Hazlo 3–5 repeticiones, dos veces al día, sin dolor. Es ideal para “engrasar” la columna con movimiento controlado.

Giro lumbar sentado

En taburete o silla sin apoyabrazos, cruza pierna derecha sobre izquierda y usa el codo contrario para empujar la torsión. 10 segundos por lado, 3–5 repeticiones. Mantén el torso erguido para no colapsar el pecho.

Retracción de omóplatos sentada

Sentado recto, intenta juntar escápulas y mantén cinco segundos. Repite 3–5 veces. Este gesto enseña a activar la espalda alta y mejora la postura frente a pantallas.

Balasana o postura del niño

Desde cuadrupedia, lleva caderas a los talones y estira brazos adelante. Respira tranquilo y nota cómo se alarga la espalda. Es un estiramiento restaurativo que descomprime la zona.

Las 6 mejores opciones caseras para empezar hoy

Si te inicias y quieres algo directo, combina fuerza y control postural. No necesitas más que tu cuerpo y, si puedes, algún peso ligero.

2) Remo con peso casero: inclínate en bisagra y rema con garrafas o mancuernas, priorizando el recorrido completo. Mantén la columna neutra y los pies bien plantados para evitar balanceos.

3) Dominadas o sus variantes: en barra o soporte fiable. Si no tienes, sustituye por dominadas deslizantes o jalón con banda. Aprovecha el rango completo y activa escápulas al inicio.

4) Bird Dog: en cuatro apoyos, extiende brazo y pierna contraria manteniendo línea recta. Pausa dos segundos arriba. Hazlo despacio y con control para reforzar estabilizadores.

5) Hiperextensiones en el suelo: boca abajo, eleva el torso (y si quieres, piernas) sin forzar cuello. Mantén un par de segundos y baja con control para cuidar la zona lumbar.

6) Plancha: apoya manos o antebrazos, cuerpo recto y glúteos activos. Empieza con 20–30 segundos y progresa a 1–2 minutos. La respiración nasal lenta te ayudará a mantener la tensión.

Programa de fuerza recomendado (inspirado en gimnasio)

Si dispones de material, este esquema trabaja fuerte dorsales y remos. Ajusta cargas sin sacrificar la técnica y descansa 60–90 s entre series para rendimiento consistente:

  • Remo con barra muy pesado: 3 series de 10 repeticiones.
  • Remo en cable o banda sentado a una mano: 3 series de 12–15 repeticiones por lado.
  • Jalón al pecho en polea o banda alta: 3 series de 12–15.
  • Remo estilo Gironda (agarre y torso según equipo): 4 series de 8–10.
  • Remo unilateral con mancuerna: 4 series de 12 por brazo.
  • Empujes en polea para dorsal (lat pushdown): 3 series de 12.
  • Dominadas pronas: 3 series al fallo técnico controlado.

Consejos clave: busca el máximo recorrido de calidad, alterna agarres (prono, supino, neutro) en dominadas y, de vez en cuando, dedica series específicas a trapecios con encogimientos. Si dominas las dominadas, añade lastre con moderación para evitar sobrecargar codos.

Beneficios de entrenar la espalda con regularidad

Entrenar de forma constante mejora la flexibilidad de la musculatura dorsal y reduce la fatiga en tareas cotidianas (caminar, estar de pie, cargar bolsas), lo que se traduce en menos sensación de cansancio.

Una espalda fuerte ayuda a prevenir y aliviar el dolor, alinear la columna y bajar el tono de tensión en la musculatura tónica. Aunque el dolor tiene múltiples causas, un buen programa de fuerza y movilidad suele reducir molestias.

Además, entrenar libera serotonina y endorfinas, mejorando ánimo, gestión del estrés y bienestar general. Es un beneficio invisible pero esencial para la constancia.

Riesgos de no trabajar la espalda

La inactividad conlleva debilidad, tensión y rigidez en hombros y espalda, con mayor probabilidad de dolor crónico y patrones posturales ineficientes.

Una postura deficiente puede afectar incluso mandíbula o alineación dental; a largo plazo aumenta el riesgo de lesiones como hernias discales y puede requerir medidas para combatir la escoliosis, comprometiendo el equilibrio y la eficiencia en actividades básicas.

Cómo organizar tu rutina (frecuencia, progresión y seguridad)

Empieza con 2–3 sesiones semanales, alternando tirón vertical y horizontal. Prioriza técnica y progresión gradual de volumen o resistencia. Si un día vas justo de energía, usa sesiones de movilidad y estiramientos para mantener el hábito.

Calentamiento tipo: 5–8 minutos de movilidad articular (cuello suave, hombros, columna torácica), activación de escápulas (retracciones, face pull con banda muy ligera) y dos series de aproximación de tu primer ejercicio principal. Este enfoque sube la temperatura y afina la técnica.

Anclajes y soportes: verifica que barandillas, mesas y marcos de puerta son sólidos. Coloca bandas con nudos o anclajes protectores para no dañarlas ni que salgan despedidas. Con TRX en puerta, elija una que cierre hacia el lado opuesto al tirón para mayor seguridad.

Escucha a tu cuerpo: respeta límites, sube la intensidad poco a poco y detente ante dolor agudo. Si tienes dolor persistente o vienes de lesión, consulta con un fisioterapeuta para adaptar variantes y cargas.

Aunque un gimnasio lleno de máquinas facilita el trabajo, en casa puedes lograrlo todo con ingenio: alterna tirón vertical y horizontal, usa toalla, mesa, bandas o TRX, añade progresiones (inclinación, pausas, unilateral) y refuerza la postura con movilidad. Esta combinación, sostenida en el tiempo, construye una espalda fuerte, sana y funcional sin depender de un gran arsenal de material.

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