Los jugos o zumos de frutas llevan tiempo en el punto de mira de nutricionistas y entrenadores personales, quienes señalan a esta comida como «falsamente saludable», una categoría en la que también figuran los panes multicereales o las barritas energéticas.
Tomar zumos envasados regularmente aumenta el riesgo de diabetes en un 21 por ciento. En cuanto a los naturales, es mejor tomar un zumo recién exprimido que un refresco, pero tampoco son aconsejables como parte de una dieta saludable.
Dado que, cuando exprimimos una fruta, la mayor parte de sus nutrientes (fibra, grasas saludables, proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas) se queda atrás, es seguro decir que un zumo es básicamente azúcar.
Un único vaso de zumo puede representar hasta el cien por cien de la ingesta máxima de azúcar recomendada por día, razón por la que muchos expertos creen que el lugar de esta bebida está en el almuerzo del fin de semana, pero no en la dieta diaria.
El resto de la semana, lo ideal es ingerir la fruta y la verdura fresca para no desaprovechar sus nutrientes. Los smoothies también nos permiten acceder a la mayor parte de ellos, aunque hay que recordar que suelen ir asociados a un mayor número de calorías, por lo que lo mejor es prepararlos uno mismo para asegurarnos de que no llevan azúcares añadidos y de que no sobrepasan el número de calorías que podemos quemar.
Aunque exprimir la fruta no debe ser visto como algo perjudicial, tampoco es tan saludable como pensábamos hasta ahora. Considera comer tus frutas y verduras enteras siempre que te sea posible y, si quieres preparar una bebida para llevar, apuesta por el triturado en lugar del exprimido; así conseguirás conservar nutrientes tan importantes como la fibra.