Como la mayoría de los mariscos, la gamba es un alimento muy rico en proteínas. ¿Sabías que 100g de gambas sin cáscara equivalen a 100g de carne en cuestión de proteínas? Además, la gamba es un alimento poco calórico, muy apreciado por quienes adoptan una dieta de adelgazamiento. La gamba es baja en grasas.
La gamba también contiene 1% de ácidos grasos poliinsaturados, grasa beneficiosa para el cuerpo. Pero cuidado, se tiende a menudo comer las gambas con mayonesa y otras salsas grasas.
Además, la gamba es una buena fuente de vitaminas y minerales. Es rica en vitaminas B3 y B12. Estos son propicios para la formación de glóbulos rojos y para el mantenimiento de la energía celular. Y puesto que la gamba contiene poca grasa, posee propiedades antioxidantes. Las gambas preservan el cuerpo del colesterol malo y de los problemas relacionados con los vasos sanguíneos.
Esta propiedad se ve reforzada por una tasa considerable de zinc. A esto se añade una importante cantidad de cobre, ideal para el fortalecimiento de los huesos. Para disfrutar de estos beneficios se debe consumir la gamba fresca.
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