Comer antes de hacer ejercicio representa una inyección de energía muy necesaria de cara a obtener un mejor rendimiento y así poder alcanzar antes nuestros objetivos, ya sean perder peso, tonificar o aumentar la masa muscular.
Si practicas ejercicio por la mañana, nunca lo hagas sin tomar antes un buen desayuno. Un bol de avena con algunas bayas nada más levantarte te proporcionará hidratos de carbono, así como antioxidantes, o lo que es lo mismo, energía y una ayudita para luchar contra el estrés que causa el entrenamiento en el cuerpo.
El plátano es una fuente de carbohidratos complejos de alta calidad. Ingiere un plátano por la mañana antes de salir a la calle a correr si eres de los que no tiene tiempo que perder. Además de energía, esta fruta aporta potasio, que puede ayudar a prevenir los calambres durante la sesión de entrenamiento.
Si practicas ejercicio por la tarde también es necesario que hagas una comida pre-ejercicio. Desde aquí te recomendamos un puñado de pistachos y arándanos, que además de energía, en el segundo caso te beneficiarán también con sus propiedades antiinflamatorias, muy útiles para recuperarse del daño muscular que causa el ejercicio en el cuerpo, especialmente el de resistencia.
Los fans de los smoothies están de enhorabuena, ya que los nutricionistas aconsejan tomar este tipo de bebidas antes de practicar ejercicio. Tan sólo hay que asegurarse de que no contienen edulcorantes artificiales (razón por la que prepararlo en casa es lo ideal) y que llevan algo de proteína. Esto último se puede conseguir muy fácilmente, añadiéndole queso fresco.