Además de resfriados, alergias y gripes, el invierno puede traer otros problemas respiratorios, de garganta, bronquios y pulmones, entre los que se encuentra la molesta tos, ese “movimiento convulsivo y sonoro del aparato respiratorio” que puede ser repentino o repetitivo.
La tos se trata de un mecanismo de defensa que utiliza el cuerpo contra ciertas situaciones. Además de enfermedades, puede existir tos cuando se ejercita a un ritmo acelerado sin estar acostumbrado, cuando se ríe o se llora mucho, cuando el aire es muy frío o cuando existe un cambio estacional. Sin embargo, la tos más común es aquella presente en algún trastorno respiratorio, existiendo 2 tipos:
Tos seca.- Este tipo de tos provoca cosquilleo en la garganta y puede deberse a condiciones ambientales, a algunas alergias o a enfermedades respiratorias de otro tipo.
Tos con flemas.- Por su parte, la tos con flemas deriva del resfriado común o la gripe, la cual se erradicará conforme avance la enfermedad.
Si la tos es severa (cuando dura más de dos semanas, por ejemplo, y desemboca en pérdida de hambre, falta de sueño e incluso hasta en vómito), se recomienda visitar al médico y evitar la automedicación o los remedios caseros pues esto podría agravar la situación generando complicaciones serias en pulmones, bronquios o demás órganos.
Aunado al tratamiento recomendado por el médico, se sugiere también lo siguiente:
- Beber muchos líquidos.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- No salir a la calle con el cabello mojado.
- Usar ropa térmica en pecho y espalda.
- No pisar el suelo frío de manera descalza.
- Reposar el mayor tiempo posible.
- Evitar estar cerca de fumadores.
- Comer muchas frutas y verduras que contengan vitamina C.
Fuente: Reforma. Salud
Imagen: flickr