A excepción de algunos casos extremos, los síntomas propios del síndrome premenstrual se reducen cuando se presta atención a la dieta y se incorporan ejercicios físicos a la rutina habitual de la paciente, acompañada de psicoterapia personal o de pareja.
En cuanto a las pertinentes correcciones en la dieta, los expertos aconsejan comer verduras y frutas crudas, no superar el límite en el consumo de proteínas, y priorizar las proteínas procedentes del pescado, de las aves y de las legumbres. También conviene comer poca grasa, ingerir productos integrales y aumentar la dosis de alimentos ricos en minerales como el calcio, magnesio, zinc, potasio, yodo y cromo.
Los especialistas sugieren incrementar la ingesta de vitamina B6, vitamina E, y vitamina C. Otras sugerencias es multiplicar los trozos de frutos secos y de frutas frescas consumidos al día, puesto que estimulan la acción de la serotonina, un neurotransmisor que participa en la mejora del estado de humor y en la reducción de la ansiedad.
Consejos de alimentación
Conviene comer pequeñas cantidades y de forma frecuente, reducir el estrés lo más posible, dormir más horas y beber agua de forma abundante. También es práctico no hacer ayuno, y reducir las cantidades cotidianas de tabaco, alcohol, cafeína, bebidas con gas, azúcares, grasas, chocolate, conservas y sal.
Si se sufre alguno de estos desarreglos y que se sospecha que se está sufriendo este síndrome, es prudente que se siga, al menos durante tres meses, un diario donde se toma nota de los días de las reglas y de cada uno de los síntomas. Esta herramienta hace más sencillo el diagnóstico para el especialista y le permite concebir un tratamiento apropiado, que será consecuente con el grado de severidad con el que se manifiesta la indisposición.