Saltarse las comidas y evitar comer no es el mejor método para perder peso. Con ocasión de un régimen adelgazante, no se trata del número de comidas el que cuenta, sino más bien la cantidad, y sobre todo de la calidad de los alimentos ingeridos. Para un régimen dietético, ciertos alimentos se deben priorizar a lo largo de las comidas.
La mejor forma de adelgazar manteniendo la forma es optar simplemente por una alimentación más variada y sobre todo mejor equilibrada. Se recomienda comer fibras alimenticias y glúcidos complejos. Ante la patata y la pasta, el pan aparece como una fuente muy interesante en el aporte de glúcidos complejos. Además puede jugar un papel de complemento como saciante al igual que lo hace la manzana, el limón o la clara de huevo duro.
Bien escogido y consumido de forma razonada, el pan puede ser un buen aliado para adelgazar. Rico en fibra sin proteína vegetal, el pan integral bio merece un lugar destacado en una alimentación equilibrada. En el desayuno, el pan puede ir acompañado de una fina capa de mermelada sin azúcar, o simplemente añadiendo mantequilla y compota. Algunas frutas frescas y algunos frutos secos como las almendras y las nueces son también ideales en el desayuno.
La importancia del desayuno
Es esencial comer de manera equilibrada y copiosa por la mañana. Para despertar el cuerpo suavemente, es necesario comer alimentos sanos, ricos en vitaminas, minerales y fibras. Estos los encontramos en las frutas, los cereales y las carnes magras. Evitando comer azúcar, se evita la sobreproducción de insulina en el organismo y se limitan las ganas de picoteo.
Para perder peso rápidamente, conviene adoptar estos buenos hábitos. 15 minutos antes del desayuno, se recomienda beber un zumo de limón diluido en un vaso de agua. Lo ideal durante el desayuno es consumir un 40% del aporte diario en calorías. Las frutas se deben consumir 30 minutos antes de la comida puesto que contribuyen a mantener la forma. Y además no conviene olvidarse de practicar ciertos ejercicios físicos bien adaptados.