Los hongos –o setas-, a diferencia de lo que muchas personas creen, no son plantas pues no producen su propio alimento tal y como sí lo hacen los vegetales –entre otras cosas-.
Los hongos más comunes son los llamados champiñones (también conocidos como hongos de París), sin embargo en el grupo de los hongos también se encuentran las levaduras, las cuales tienen una gran importancia económica pues son las que producen la fermentación de la cerveza y del pan.
No obstante, uno de los usos más importantes es como alimento ya que se ha comprobado que el consumo habitual de hongos puede mejorar las funciones del organismo.
Beneficios de los hongos
Entre sus aportes nutricionales se encuentran los siguientes:
- Proteínas.- Se cree que estos alimentos tienen más proteínas que la mayoría de los vegetales debido a su buen balance de aminoácidos siendo una excelente opción, especialmente en las dietas vegetarianas.
- Vitaminas y minerales.- Tienen una gran cantidad de estos elementos, básicos en la alimentación diaria.
- Son bajos en calorías (aproximadamente 28 calorías por cada 100 gr de hongos crudos) debido a su poca cantidad de carbohidratos y grasas siendo una muy buena opción para controlar tu peso.
- Son ricos en antioxidantes –y otras sustancias- que estimulan el sistema inmunológico, reducen el colesterol y disminuyen la presión arterial.
- Son bajos en sodio.
Otros usos que se les puede dar a los hongos son:
- Como ornamentos.- En países como México, los hongos, acompañados de flores y ramas, han sido utilizados con fines estéticos durante años para realizar algunas ceremonias.
- Como alucinógenos.- Algunos hongos como los hongos psilocibios han sido explotados por la industria farmacéutica con fines psicoterapéuticos.
- Como medicinas.- Desde el descubrimiento de la penicilina, se ha desarrollado una gran industria alrededor de los antibióticos que han sido de gran ayuda en el combate de muchas enfermedades.
Características de los hongos
Aunque su estructura se puede acercar a las plantas, tiene con ellas muchas diferencias. Una de las principales es que los hongos necesitan de otros seres vivos para sobrevivir, ya que ellos no pueden producir su alimento. Hay que mencionar que sus células son eucariotas, es decir, que tienen su núcleo como sucede con las plantas o animales. Pero en este caso, no realizan las mismas funciones que ellos. Suelen ser pluricelulares, aunque es cierto que nos encontraremos algunas especies unicelulares, como es el caso de la levadura.
No podríamos hablar de un solo lugar en dónde vivan los hongos. Ya que se pueden desarrollar en diferentes hábitats. Aunque es cierto que los bosques o zonas húmedas son de sus favoritas. Pero hay que decir que ciertas especies se ocultan de la luz y crecerán en zonas más oscuras. Como bien comentamos, se pueden adaptar a diferentes tipos de espacio.
En cuanto a la alimentación de los hongos, necesitan de la descomposición orgánica o de un suelo húmedo que les ayude. Ya que como trabajo ecológico, los hongos son necesarios para el medio ambiente, puesto que ayuda a descomponer la materia orgánica, por lo que podíamos decir que ayudan a reciclar. Su reproducción es a través de esporas y se puede dividir entre reproducción sexual o asexual.
Clasificación
Se pueden clasificar en cuatro grandes grupos a tener en cuenta:
- Los Saprófitos: Son los que se nutren de la materia orgánica que puede venir tanto de los animales como de los vegetales.
- Micorrizógenos: Son todos aquellos que tienen una relación con las plantas. Esto es que intercambian tanto algunos nutrientes como agua y toman las vitaminas de las plantas, ya que los hongos no son capaces de generarlas.
- Liquenizados: Son unos organismos que llegan de la unión entre el hongo y un alga.
- Los Parásitos: Suelen aparecer dentro del cuerpo de otro ser vivo, al mismo tiempo que toman los nutrientes de él.
Cómo se reconocen los hongos comestibles
Es cierto que los hongos se pueden usar en la elaboración de platos más que exquisitos. Pero para ello debemos reconocer los que son comestibles. Algo que no siempre es una tarea fácil, ya que existen muchas variedades.
- En primer paso que daremos será el fijarnos en las escamas, ya que estas se suelen presentarse en la zona del sombrero. Dichas escamas estarán compuestas de esporas, por lo que verás cómo nunca suele estar un hongo solo, sino que hay varios a su alrededor.
- Se retira la parte superior, y se coloca el hongo boca abajo. De esta manera saldrán las esporas que pueden ser de varios colores como blanco, marrón o beige. Si ves un color rojo o azul, entonces es mejor que los dejes donde están.
- Suelen tener esa forma característica de las setas que conocemos. Las encontraremos junto a las cortezas de los árboles, así como en partes bastante húmedas.
No hay unas claves concisas para poder saber si un hongo es comestible o no. Más que nada porque son muchas las especies que nos pueden llevar a la confusión. Es por ello que siempre debemos dejarle este paso a los expertos.
¿Hay hongos venenosos?
Sí hay hongos venenosos. Algunos de los tipos pueden emitir ciertas toxinas que, en algunos casos, hasta llegan a ser letales. Incluso habiéndolos ingerido con antelación. Al tomar un hongo de este tipo, podemos comenzar a sentir tanto náuseas como cólicos, sudor frío o taquicardia entre otros síntomas. Dependiendo del hongo en cuestión y de la cantidad consumida del mismo, puede crearnos problemas muy serios en los riñones, así como el hígado y la muerte, en casos más graves. Algunos de los hongos venenosos son: Amanita Abrupta, Amanita bisporigera o Galerina Marginata y Boletus Pulcherrimus, entre otras muchas.
Usos de los hongos
- La levadura es uno de los principales ya que interviene en el proceso de fermentación. Gracias a ella y a sus variedades se puede realizar el pan, así como la cerveza o el vino.
- Otro de los usos de los hongos ha sido el de obtener barniz. Los carpinteros y ebanistas iban coloreando los muebles de madera gracias a una seta.
- De la misma seta, llamada ‘Inonotus Hispidus’, también se obtenían cerillas. Para ello, se cortaba en pequeños trozos y se metía en nitratos. Lo que hacía que aguantara la llama del fuego.
- Para afilar herramientas: Aunque parezca un tanto complicado, hay una especie de seta con el nombre de ‘Piptoporus Betulinus’ que se corta en rodajas y tiene que secarse bien para endurecerse. Una vez que esto sucede, ya estará lista para afilar los cuchillos y navajas.
- Como tinta para escribir: Hace muchos años, algunos escritores usaban la seta ‘Coprinus comatus’ que echaba una tinta negra, con la que se llenaban los tinteros.
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