Con la llegada de la temporada de sandalias, conseguir unos pies suaves se convierte en la obsesión de muchos hombres y mujeres, aunque no todo el mundo lo logra. Y es que, antes de pasar a la fase de hidratación, hay que exfoliar correctamente el pie, especialmente los dedos y talones.
La siguiente es la receta de un exfoliante casero que te ayudará a librarte de las pieles muertas y callos acumulados durante el invierno, para así lucir unos pies perfectos, y sobre todo muy suaves, este verano:
Añade una taza de sal en un recipiente. Puede ser sal de mesa normal, pero si deseas un mejor resultado, las sales de Epsom o del Mar Muerto son más aconsejables, dadas sus propiedades terapéuticas.
A continuación, necesitarás media cucharadita de tu aceite esencial relajante preferido. La lavanda y la bergamota son excelentes opciones. Remuévelo junto a la sal hasta que esté bien mezclado. Por separado funcionan bien, pero al unir la sal y el aceite, obtenemos un exfoliante perfecto. Y es que la sal elimina las pieles muertas y abre los poros para que penetren los nutrientes de los aceites esenciales, con su efecto nutritivo y calmante sobre los músculos.
Llena un barreño o tina de plástico con agua y añade la mitad de tu exfoliante casero. Remueve con las manos para disolverlo. Pon los pies en remojo durante 10-15 minutos. Transcurrido ese tiempo, todo aquello que no quieres en tus pies, está listo para ser eliminado. Utiliza el resto de sales para limpiar las impurezas y callos de los pies, frotándolos con las manos. Para finalizar, envuélvelos en una toalla y comprueba cómo, al retirarla, tienes unos pies suaves y listos para el calzado de verano.