El régimen de días alternos es un nuevo método de alimentación concebido para favorecer la pérdida de peso. La base sobre la que se reposa este régimen es la misma que la del régimen 5.2, que combina periodos de semiayuno con otros donde se puede comer de forma sana, y autorizando festines ocasionales. El éxito de este régimen se basa precisamente en este aspecto, en la posibilidad de poder comer, una vez a la semana, los alimentos que nos gusta más y que generalmente están limitados o prohibidos en los regímenes clásicos.
Sin embargo, a pesar de que muchas personas hayan escogido este método adelgazante para perder peso, es importante saber que los beneficios del ayuno sobre el cuerpo todavía no han sido demostrados, y por consiguiente, es imposible saber si al final conlleva una carencia, o si afecta al estado nutritivo derivado de la alimentación. Por otro lado, una alimentación así está contraindicada en mujeres embarazadas, en personas diabéticas, o en personas que toman medicamentos.
Para poder seguir este régimen de días alternos, se debe dividir la semana en función de las diferentes maneras de alimentarse. De esta forma se consigue llegar a perder peso en cada fase del proceso. La semana se divide de la forma siguiente:
Días de purificación: este periodo está consagrado al semiayuno. Se trata por lo tanto de días restrictivos, concebidos para desintoxicar y purificar naturalmente el cuerpo. A lo largo de este período, se recomienda no consumir más de 500 kilocalorías. El cuerpo consumirá de esta forma mucho menos que lo que tiene costumbre.
Días de régimen: aquí se trata de los días durante los cuales se puede consumir comida sana, pobre en materias grasas, y sin excesos. Dicho de otra forma, se debe optar por carnes magras, pescados blancos, verduras y frutas. Las recetas deben ser ligeras, y se debe optar por comida ligera que ayude a perder peso.
Días sociales: la cosa más difícil de mantener cuando se realiza un régimen es superar el fin de semana, porque es en ese periodo cuando el alcohol y las comidas en el restaurante se interponen entre los esfuerzos emprendidos a lo largo de la semana. Por consiguiente, el régimen de días alternos comprende periodos llamados sociales, donde se permite caer en la tentación de los pequeños placeres. Los pequeños placeres significan la posibilidad de beber un poco de vino, y saborear un plato más calórico.
Además, se aconseja beber al menos 8 vasos de agua el día con el fin de limpiar el cuerpo y eliminar la retención de agua.