En el marco de un programa de musculación, la alimentación y la nutrición son elementos tan importantes como los ejercicios de refuerzo muscular. Para conseguir alcanzar estos objetivos es necesario adaptar el régimen.
Un régimen de musculación es necesario para tomar fuerzas, nutrir los músculos y perder los kilos superfluos. Es esencial recordar que hacer un régimen para perder peso nunca funciona si no va acompañado de ciertos ejercicios de musculación. Por lo tanto, es fundamental no reducir los aportes calóricos brutalmente con el riesgo de fragilizar el metabolismo, provocar el efecto yoyo y engendrar un gran cansancio. No se trata tanto de comer menos, sino lo que conviene es comer mejor, adaptando la alimentación y completándola, si fuera necesario, con productos de nutrición.
Diferentes regímenes para la musculación
Es posible seguir regímenes predefinidos que encontramos fácilmente en la literatura especializada en musculación. Sin embargo, es preferible informarse ante un especialista si los objetivos se mantienen únicamente en el campo de la actividad física. Si la necesidad de perder peso reviste un carácter médico, naturalmente conviene consultarlo con un médico nutricionista que sabrá aconsejar sobre los alimentos y los buenos hábitos alimenticios que conviene combinar en la práctica de la musculación.
Cierto regímenes de musculación intensivos preconizan algunas reglas fundamentales:
Tomar 6 comidas al día para aportar nutrientes y vitaminas regularmente a los músculos. Aportar proteínas y reducir el aporte en lípidos sin llegar a suprimirlas. Limitar el consumo de leche de vaca que complica la digestión, preferiblemente la leche de soja. Dormir bien, acostándose antes de las 10 de la noche y dormir unas 9 horas al día. Esto mejora el metabolismo permitiendo que los músculos se recuperen.
Consumir azúcares rápidos después del entrenamiento. Priorizar los glúcidos lentos durante periodos de entrenamiento. Evitar los glúcidos por la noche. Elegir alimentos que mejoren la saciedad.