El sodio como un electrolito conduce la electricidad cada vez que se disuelve en agua y forma parte de los procesos orgánicos más importantes a nivel celular, por ello el cuerpo lo necesita para funcionar correctamente.
Así como también el cloruro que se encuentra de forma natural y abundante en la sangre y los fluidos corporales, fuera de las células, pero es el sodio el que interviene para que se lleve a cabo la función apropiada del corazón, que se encontrará afectada cuando este mineral se desequilibre aumentando o disminuyendo la frecuencia cardíaca.
El sodio juega un papel fundamental en la regulación del volumen sanguíneo, el balance de agua y la presión arterial, así como también ayuda a la digestión, favoreciendo la producción del ácido clorhídrico y facilita la absorción de cloruro, aminoácidos, glucosa y agua. Pero más importante aún es su función como componente clave del sistema energético que afecta a todas las células, ya que les proporciona la carga eléctrica que requieren para funcionar de manera óptima.
Esto es particularmente importante para las células nerviosas y musculares, incluyendo las células del músculo cardíaco, determinándose como niveles normales en sangre el rango de 135 a 145 miliequivalentes por litro, o mEq / L. Según los Institutos Nacionales de Salud, un valor inferior a 135 mEq / L reflejaría un condición llamada “hiponatremia”.
La hiponatremia se considera grave cuando sodio en la sangre cae por debajo de 125 mEq / L y en contraste, los valores por encima de 145 mEq / L definen la “hipernatremia” o exceso de sodio en la sangre.
La Frecuencia Cardiaca
Para un adulto la frecuencia cardiaca en reposo oscila normalmente entre 60 y 100 latidos por minuto, aunque esto varia en un atleta bien entrenado, cuya frecuencia cardiaca en reposo de 40 a 60 ppm.
Efectos del exceso de sodio en sangre
Cada vez que los sensores del corazón, los vasos sanguíneos y los riñones detectan altos niveles de sodio en la sangre, el cuerpo aumenta su tasa de excreción de sodio, para regularlo a través del el agua de sus células, por lo cual la hipernatremia suele ser un resultado de la deshidratación, teniendo como efecto una frecuencia cardíaca acelerada o taquicardia.
La hipernatremia grave también puede elevar su presión arterial y causar dificultades respiratorias, convulsiones, coma e incluso la muerte.