El colesterol alto es un problema que afecta a muchas personas, el cual, cuanto más se estudia, mayor complejidad parece entrañar. Hasta hace poco se pensaba que la única manera de acabar con él era controlar la ingesta de grasas, pero esto por sí sólo a menudo no es suficiente. También hay que prestar atención a la actividad física y el abuso de otros grupos de alimentos.
El ejercicio aumenta el colesterol HDL o colesterol bueno, razón por la que es bueno practicar ejercicio aeróbico de intensidad moderada de manera regular, como paseos a paso ligero. Según las investigaciones, de esta manera se puede conseguir un aumento del colesterol DHL de casi un 25 por ciento en sólo tres meses.
La producción de colesterol HDL es beneficiosa para el corazón debido a que es el encargado de llevar el colesterol malo hasta el hígado, donde es roto y borrado del sistema. Asimismo, ayuda a mantener saludables los vasos sanguíneos y evita la acumulación de placa.
Hasta hace poco se pensaba que el problema del colesterol se solucionaba eliminando las grasas saturadas de la dieta, pero cada vez son más las evidencias que apuntan a que los carbohidratos altamente procesados, como, por ejemplo, un panecillo blanco, pueden poner a las personas en un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Esto se debe a que el cuerpo se deshace tan rápido de esta clase de carbohidratos que los niveles de azúcar en sangre y de insulina se elevan y luego caen en picado. Si ingieres una gran cantidad de ellos, todas esas subidas y bajadas comparables a la de una montaña rusa provoca que aumenten los niveles de ácidos grasos libres en la sangre, lo que a su vez inflama el cuerpo, daña los vasos sanguíneos y puede ocasionar una subida del colesterol.
Dado que el pan y en general los carbohidratos son imprescindibles dentro de cualquier dieta, lo más saludable es apostar por carbohidratos mínimamente procesados, como el pan integral, los cuales no tienen dicho efecto negativo sobre el organismo.