Aunque la práctica de ejercicio es algo casi obligatorio, está demostrado que no es un requisito para adelgazar ni para cuidar la silueta. De hecho, se puede perder peso llevando un tipo de vida sedentaria, mediante dietas especialmente diseñadas para personas que pasan por etapas de mucho trabajo y, por lo tanto, no disponen de tiempo para ejercitarse.
Para mantener la línea sin practicar ejercicio, e incluso adelgazar, es necesario seguir una serie de normas alimentarias centradas en el control de la ingesta de calorías, ya que abusar de alimentos con alto contenido calórico repercutirá inmediatamente en el peso de manera negativa.
Las dietas para personas sedentarias suelen estar formadas por cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, comida y cena. Un buen plan diario en este sentido comenzaría con un té con leche y algunas galletas de salvado untadas con queso fresco para desayunar.
El almuerzo ideal estaría compuesto de una pieza de fruta y un yogur natural. La comida podría ser un caldo bajo en calorías seguido de una ensalada y una pechuga de pollo a la plancha. Mientras que en la cena, sería el turno de un pescado a la plancha y una patata hervida. El postre: una gelatina dietética.
Naturalmente, esta dieta para personas con un tipo de vida sedentaria no es para siempre, sino que sólo debe ser vista como una solución temporal a la falta de tiempo. Transcurrida la época conflictiva, lo aconsejable es que se retome la dieta anterior y vuelva a practicarse ejercicio entre dos y tres veces por semana.