El huevo es uno de los alimentos más sanos y completos que existen: de los mejores en cuanto a valor nutricional, asequible todo el año, barato y poco calórico. Por ello es un imprescindible en dietas de adelgazamiento o, sencillamente, a la hora de planificar cualquier pauta de alimentación saludable y equilibrada para toda la familia.
Ahora bien, como ocurre con la mayoría de alimentos, los modos de cocinado del huevo tienen mucho que decir en cuanto a calorías totales, aporte de grasas y conservación o eliminación de nutrientes.
Y aunque todos son exquisitos, algunos te convienen más que otros. Sigue leyendo con atención, porque te llevarás alguna que otra sorpresa.
¿Cómo cocinar el huevo de la forma más sana?
Contrariamente a lo que la gente piensa, la forma más sana de comer un huevo no es cruda, sino cocinada.
Esto es debido a que con las altas temperaturas se produce un fenómeno denominado desnaturalización de las proteínas del huevo, que las hace más digestibles para el organismo. Por tanto, los deportistas cometen un claro error al ingerir claras de huevo crudas, pues no consiguen el efecto deseado.
Dicho esto, vamos a analizar las distintas formas saludables de cocinar un huevo. En este listado hemos contemplado las técnicas más habituales; no obstante, desde Pazo de Vilane, la granja española más antigua de huevos camperos criados en libertad, te proponen algunas otras formas deliciosas y originales de cocinar un huevo. Más de 25 años criando gallinas a la antigua usanza dan para mucho, así que haremos bien en poner en práctica algunos de sus consejos.
A la plancha
Si cuentas con una buena sartén antiadherente, esta es la forma más rápida, deliciosa y saludable de comer un huevo. No tienes excusa para no incluirlo en tus desayunos, pues apenas tardarás 1 minuto en prepararlo.
Cocido
Incluyendo sus distintas variaciones: pasado por agua más o menos minutos. Lo bueno de esta forma saludable de cocinar un huevo es que podrás preparar varios con antelación y echar mano de ellos cuando no tengas mucho tiempo. Corta algunas hortalizas frescas y tendrás un primer plato excelente; un huevo cocido mediano aporta únicamente 64 kcal.
Poché o escalfado
Esta técnica de cocinado del huevo está muy en boga gracias a los deliciosos huevos benedictinos, el plato estrella de sabrosos desayunos y brunchs. Aunque la salsa holandesa que los suele acompañar tiene bastantes calorías, no es perjudicial si se toma de vez en cuando y la elaboras en casa.
En cualquier caso, los huevos poché o escalfados por sí solos están riquísimos, están cargados de vitaminas, minerales, aminoácidos y proteínas, y no engordan en absoluto (lo mismo que un huevo cocido, unas 65 kcal).
Frito
Sí, pensabas que el huevo frito no era saludable… ¡Te vamos a dar una buena noticia! Es cierto que esta forma de cocinado aporta unas calorías más (unas 110), pero no son demasiadas, y evitarás alguna si escurres bien los huevos al sacarlos. Además, si lo haces en un buen aceite de oliva virgen extra no sólo aportarás sabor sino todas las propiedades de nuestro querido AOVE.
Revueltos
Para esta técnica de cocinado no dudes en volcar toda tu imaginación. Y hazlo sin remordimientos, con los alimentos más sanos y ricos que se te ocurran: trocitos de tomate natural, champiñones al ajillo, unas gambas, espinacas, atún, pavo, maíz… Porque conseguirás un segundo plato, un desayuno o una cena de chuparse los dedos y más saludable imposible. Dos huevos revueltos sin aceite apenas aportan unas 149 kcal.
En tortilla
La sacrosanta tortilla de patata es algo más calórica pero muy recomendable. En realidad, si procuras contenerte con las cantidades puedes permitírtela con cierta frecuencia. Según la Fundación Española de la Nutrición, una ración pequeña de tortilla de patatas puede tener unas 196 kilocalorías.
En cuanto a las tortillas rellenas o a la francesa, no hay ningún problema en incluirlas en tu dieta casi a diario. Una tortilla francesa de dos huevos puede tener unas 154 kcal.
Como ves, las formas saludables de cocinar el huevo son muy variadas y deliciosas. De hecho, combinadas con otros alimentos recomendables son casi infinitas.
Por eso, no te olvides de incluir huevos cuando planifiques tu dieta y la de toda tu familia, pues estarás haciendo un favor a tu salud… y a tu bolsillo. ¡Doble ventaja!