Nuestros cuerpos necesitan un equilibrio de pH muy específico para funcionar y mantener la homeostasis. Pero el estrés y las dietas altamente ácidas lo rompen, provocando inflamación.
La acidez y la inflamación a menudo están detrás de problemas como rigidez, infecciones, cefalea, indigestión, dolor de estómago, aumento de peso o daño de los radicales libres. Si experimentas alguno de estos síntomas crónicos, considera vivir con más tranquilidad y reducir el consumo de alimentos procesados, azúcares, lácteos y proteínas animales. E intenta comer regularmente estos cuatro alimentos antiinflamatorios:
Vegetales de hoja verde
Las verduras frondosas son altamente nutritivas. Van cargadas de minerales alcalinizantes, fitonutrientes, antioxidantes y los antiinflamatorios ácidos grasos omega 3. Carga tu carrito de la compra con col, espinacas, acelgas, etc. Y recuerda que, junto a la fruta, los vegetales de hoja verde deben componer la mayor parte de tu plato en todas las comidas.
Cúrcuma
Este rizoma del sur de Asia ha sido utilizado y valorado por sus propiedades antiinflamatorias durante mucho tiempo. En la actualidad, se puede encontrar casi en cualquier lugar -desde zumos y batidos hasta suplementos e infusiones–. El principal responsable de sus beneficios contra la inflamación es la curcumina. Este compuesto puede ayudar a combatir simples resfriados y gripes. También se ha vinculado con un menor riesgo de cáncer, Alzheimer y daño hepático.
Nueces
Además de ser una excelente fuente de proteínas, también aportan ácidos grasos omega 3, antioxidantes y vitamina E. De esta manera, consumir de manera regular este fruto seco es una excelente idea si deseas ayudar a mantener el cerebro saludable, así como a reducir la inflamación en todo el cuerpo a través de la alimentación.
Aceite de coco
Se trata de una grasa altamente antiinflamatoria compuesta principalmente por ácidos grasos de cadena media, que son más fáciles de digerir y no se almacenan como grasa fácilmente. El aceite de coco contiene propiedades antimicrobianas y antifúngicas, provenientes de los ácidos caprílico, láurico y cáprico, lo que ayuda a reducir la inflamación, la tensión arterial alta, mejorar la energía y fortalecer el sistema inmunológico.