Por lo general, las bajas temperaturas no deben representar un impedimento para practicar runnning al aire libre en invierno. Al contrario de lo que muchos piensan, nunca hace demasiado frío para salir ahí fuera y mantenerse en forma con unas buenas carreras. Bueno casi nunca, como comprobarás más adelante.
A pesar de ello, es importante tener presente que hay que prestar atención al cuerpo cuando las temperaturas son seriamente frías. Este nos dirá si hemos dejado de estar seguros o hay riesgo de lesiones o todo va bien y podemos continuar normalmente con nuestra carrera.
Si hace tanto frío que estás sufriendo o dañándote a ti mismo, harás que no valga la pena cualquier beneficio que puedas obtener de practicar ejercicio al aire libre. Si estás corriendo al aire libre en invierno y experimentas dolor agudo en las articulaciones o una sensación de inestabilidad, ve a resguardarte lo antes posible. Y considera visitar a tu médico.
Para prevenir las lesiones articulares y mantenerse a salvo de todos los peligros que entraña el frío para la salud –como los resfriados–, es fundamental llevar varias capas de ropa. Asimismo, los expertos recomiendan un buen calentamiento y mantenerse siempre en movimiento no enfriarse, así como para lubricar las articulaciones.
Cuando los termómetros descienden a esta temperatura, el frío se convierte en una amenaza potencial para la salud. Existe riesgo de dolor en las articulaciones e incluso de congelación. Lo mejor que se puede hacer en este caso es optar por entrenar en el interior. Y aún así, evalúa las condiciones y el confort, y presta mucha atención a la sensación en las articulaciones.