La serotonina es un neuromediador: pasa informaciones de unas neuronas a otras a través de la sinapsis, y esto cuando respiramos, nos movemos, o pensamos. Pero también regula las funciones como es el estado de humor, la sensación de hambre, la tolerancia al dolor, y el sueño.
Estudios científicos han mostrado su papel en el tratamiento de un gran número de desórdenes físicos y emocionales, ansiedad y depresión, obesidad, migraña, náusea. Sin la serotonina, nuestra vida sería insostenible. Un sueño con desarreglos y un ansia de comer azúcar suelen ser los síntomas de una falta de serotonina.
Los alimentos ricos en serotonina
El triptófano es un aminoácido y es el precursor esencial de la serotonina. Sin embargo, no es sintetizado por el cuerpo. Por tanto hay que ingerirlo. Los alimentos que contienen triptófano y que aumentan la serotonina son los siguientes:
Pavo, pato, hígado de ternera, berenjenas, pan integral, arroz integral e hidratos de carbono, productos lácteos (en particular el queso fresco), proteínas de soja, huevos, pescado, legumbres, chocolate, plátanos, ciruelas e higos, almendras, frutos oleaginosos, levadura de cerveza, lechuga, soja.
No conviene abusar de los alimentos citados, sobre todo de aquellos que contienen mucho azúcar, esto provocaría otros problemas de salud. Conviene adoptar siempre un régimen equilibrado.
La serotonina también necesita los siguientes elementos
Alimentos ricos en omega 3, pescado graso, marisco, yema de huevo, aceites vegetales, ciertas semillas, frutos secos, algunas verduras.
Glúcidos complejos: todos los alimentos procedentes de los cereales integrales, y verduras secas.
Alimentos ricos en vitamina B6: salvado de trigo, arroz, hígado de ternera, pescado como el atún amarillo, el salmón y el bacalao, filetes de cerdo, pechuga de pollo, especias y hierbas aromáticas como el pimentón, el ajo en polvo, la salvia, la albahaca o el orégano, los frutos secos como los pistachos o las avellanas, ajo, garbanzo, patata, espinacas, soja y frutas como el plátano o el aguacate.