La sensación de bochorno que nos provoca la persistencia de las altas temperaturas es quizá el mayor inconveniente del verano. Para algunas personas no va más allá de una sensación desagradable, mientras que otras pueden experimentar irritabilidad, migraña e incluso ansiedad.
El remedio más eficaz contra el bochorno es contar en casa o en el trabajo con un aparato de aire acondicionado. Sin embargo, el precio de su instalación y su alto consumo son dos factores que echan para atrás a muchas personas. Afortunadamente, existen otras maneras de refrescar el cuerpo y la mente.
Las duchas de agua fría nos permiten olvidarnos del calor durante los minutos que estamos bajo el agua, pero esa sensación de frescor no se termina al salir del cuarto de baño, sino que puede durarnos unas cuantas horas si optamos por llevar a cabo una actividad relajante, como leer un libro o ver una película. Si tienes piscina en casa o en tu comunidad, todavía mejor.
El aire acondicionado y las duchas frías son de gran ayuda cuando nos encontramos en casa o la oficina, pero ¿qué sucede cuando tenemos que salir a la calle? En ese caso aliviar la sensación de bochorno se vuelve más difícil, aunque no imposible. Ingerir líquidos es prioritario para mantener una correcta hidratación ante la alta sudoración. Asimismo, esta acción puede también ser beneficiosa contra el agobio producido por el calor si se trata de una bebida muy fría.
Tanto en casa como en la calle es muy importante no permitir que el calor cause estragos en nuestro estado de ánimo, algo que se consigue no empeñándonos en hacer grandes esfuerzos físicos o mentales, aunque intentando siempre mantenernos ocupados. Tareas cortas, sencillas y llevaderas.