¿Te has planteado alguna vez dejar de comer pan? A pesar de que se le señala a menudo como una comida perjudicial para la línea, es importante saber que no hay necesidad de que destierres el pan de tu dieta.
El truco consiste en consumir panes saludables y hacerlo con moderación. Los siguientes consejos te ayudarán a comprar panes que podrás consumir de manera diaria, incluso si estás intentando perder peso.
Lo primero es buscar panes hechos con granos enteros. Estos conservan sus tres partes originales (cáscara, semilla y saco embrionario), lo que mantiene estables los niveles de azúcar en sangre, ayuda al alcanzar un buen ritmo intestinal y reduce el riesgo de sufrir hipertensión y cáncer.
Antes de añadir un pan al carrito de la compra, asegúrate de que has leído bien la lista de ingredientes. No dejes que te engañen con reclamos como «multicereal». Muchos de estos productos no son más que harina blanca enriquecida.
Una rebanada de pan de molde saludable no debe aportar más de 110 calorías y 4 gramos de azúcar. Asimismo, ha de representar al menos 2 gramos de fibra, 3 o más de proteína y 0 de grasa saturada.
Por último, recuerda consumirlo con moderación. Existe la creencia de que el pan integral no engorda, pero no es así. Lo hace en la misma medida que las variedades blancas, sólo que sacia mucho más el apetito, permitiéndonos ingerir menos calorías a lo largo del día. No superes las cuatro rebanadas diarias (por ejemplo, dos para desayunar y otras tantas para almorzar o merendar) y no habrá ningún problema.