Se debe consultar con un médico especialista para un diagnóstico preciso, concretamente el de la causa de los síntomas asociados a la disentería, dolores abdominales, vómitos, fiebre y diarrea aguda.
Se debe beber mucho. Según la gravedad de la disentería, quizás haya que ser hospitalizado y rehidratado por vía intravenosa. En todos los casos, las sales de rehidratación oral son más eficaces que el agua para recuperar los líquidos perdidos. Siempre conviene seguir las recomendaciones del médico.
Seguir las indicaciones del médico en cuanto a la posología y la duración del tratamiento. Unos antibióticos pueden ser prescritos para eliminar las bacterias que provocan los síntomas de la disentería.
Tener una buena higiene personal. La disentería puede ser transmitida por la exposición a materias fecales. Hay que lavarse cuidadosamente las manos con jabón después de ir al baño. Igualmente hay que lavarse las manos antes de tocar los alimentos.
El descanso es necesario. Es importante dormir bien. No se debe ir al trabajo o al colegio y minimizar los contactos interpersonales para impedir un contagio.