La escarola contiene un 94% de agua, por lo tanto es baja en calorías, siendo un alimento ideal para incluirlo en las dietas de adelgazamiento. También posee una sustancia, la intibina, responsable de su particular sabor amargo y tiene un efecto colagogo, es decir, que facilita el vaciamiento de la vesícula biliar y estimula el buen funcinamiento del hígado, favoreciendo la digestión de las grasas. Se la puede consumir a diario, pero no se aconseja en caso de inflamación intestinal o dispepsia, por su contenido en fibra.
Resulta aconsejable el consumo de escarola para aquellas personas que padecen trastornos de la vesícula biliar, hígado perezozo, dispepsia, pérdida del apetito etc. La escarola contiene minerales como el potasio, sodio, hierro, calcio y fósforo. Están presentes varias vitaminas como la A, C, B1 Y B2. Convine elegir la escarola de hojas frescas, bien firmes, tiernas y de buen color verde, sobre todo las hojas externas.