Esta es una dieta perfecta para vos si eres una persona que necesita adelgazar algunos kilos que tienes de más y te gustan las verduras hervidas, es una dieta muy fácil de realizar para quienes quieren adelgazar comiendo verduras hervidas. Si la realizas en forma estricta te permitirá adelgazar 2 kilos en 8 días, no podrás hacerla durante más tiempo.
Si estás decidida/o a poner en práctica este régimen dietario tendrás que contar con un estado de salud sano, beber la mayor cantidad de agua posible a diario, saborizar tus infusiones con edulcorante, comer tus verduras hervidas y condimentar tus comidas con sal y una mínima cantidad de aceite. Deberás repetir el menú detallado a continuación todos los días que realices la dieta.
Menú diario:
Desayuno: 1 infusión, 1 yogurt descremado y 1 fruta.
Almuerzo: 100g. de carne o pollo a la plancha, verduras de hojas verdes a elección hervidas y 1 porción de ensalada de frutas o gelatina light. Podrás comer la cantidad de verduras que desees.
Merienda: 1 infusión, 1 yogurt descremado y 1 fruta.
Cena: verduras hervidas a elección y 1 fruta. Podrás comer la cantidad de verduras que desees.
Antes de acostarte: 1 infusión o 1 vaso de leche descremada.
Cómo ayudan las verduras a perder peso

Las frutas, verduras y hortalizas aportan hidratos complejos de buena calidad y gran fibra. Su tránsito digestivo es lento, reduce el índice glucémico del plato y potencia la saciedad, facilitando el déficit calórico en una dieta a base de verduras verdes.
Presentan alto contenido de agua y porciones voluminosas con escasas calorías: disminuyen la densidad energética del menú, ayudando a comer menos sin pasar hambre.
Una mayor ingesta de fibra se asocia a menor peso y grasa corporal. Además, micronutrientes como la vitamina C y antioxidantes vegetales se vinculan con un perfil corporal más saludable.
Las frutas enteras aportan azúcares naturales que pueden calmar el deseo de dulce con menor impacto calórico, sustituyendo azúcares añadidos poco recomendables.
Mejor forma de preparar y combinar las verduras

Siempre que se pueda, consume vegetales frescos y crudos (ensaladas, crudités) o cocidos al vapor. En hervidos, usa poca agua y tiempos cortos para minimizar pérdidas de nutrientes; consulta las formas de comer verduras.
Evita las frituras (aportan grasas y destruyen vitaminas) y limita zumos o batidos: los líquidos llenan menos que los sólidos y elevan más rápido la glucosa.
En tubérculos amiláceos, como la patata, lo ideal es consumo cocido y enfriado para aumentar el almidón resistente y la saciedad; aun así, no es la mejor opción en esta dieta y, si se toma, que sea en porción pequeña al mediodía.
Combina las verduras con proteínas magras (pescado, pollo, ternera desgrasada) y grasas saludables en poca cantidad (aceite de oliva), para platos más completos y saciantes. Si buscas opciones con proteína y verduras, revisa una dieta multifacética con pollo, carne y pescado.
Verduras aliadas, raciones y momentos del día

Más saciantes y diuréticas: espárragos, endivias, acelgas, apio, puerro, alcachofa, calabacín, espinacas, champiñones, zanahoria cruda, brócoli, pepino, berenjena, col/repollo, rábano, grelos, remolacha, ajo, cebolla, coliflor, acedera, canónigos, berros, escarola y cardo. Prioriza por la noche las de hoja verde y deja las más dulces/amiláceas para el día.
Objetivo de consumo: al menos 5 raciones diarias entre frutas y verduras, idealmente acercándote a 8-10 porciones según apetito y tolerancia.
Ideas ligeras para no aburrirte

- Ensaladas creativas: tomate y pepino con fruta fresca; quinoa con rúcula y albaricoque; remolacha con queso fresco y frutos rojos. Volumen con pocas calorías.
- Medallones/hamburguesas vegetales: brócoli, calabaza y avena; coliflor al curry; calabacín con garbanzos; albóndigas de berenjena al horno. Más saciedad con fibra.
- Tartas y salteados: tarta de brócoli y queso ligero; empanada de acelga; salteado de pollo con muchas verduras y poco aceite. Cocciones rápidas.
- Dulces más nutritivos: bizcocho de zanahoria, brownie de calabaza, tortitas de avena con zanahoria, usando purés de fruta para endulzar.
Guía práctica para los 8 días de plan

Mantén la estructura del menú diario y usa el hervido para preparar grandes cantidades: conserva las verduras al dente y refrigera. El agua de cocción puede servir como caldo ligero para la cena.
Al mediodía incluye tus 100 g de proteína magra y por la noche apuesta por verduras de hoja verde. Condimenta con sal moderada, especias, limón y aceite de oliva en mínima cantidad.
Hidratación alta, edulcorante en infusiones, descanso adecuado y actividad física suave (caminar) para potenciar resultados. No prolongar más de 8 días.
Verduras también en el desayuno
Incorporar vegetales por la mañana (tortilla de brócoli, setas o espárragos; huevos duros con crudités) incrementa la saciedad, ayuda a regular la glucosa y reduce el picoteo. Los huevos, preparados sin exceso de grasa, son una fuente proteica práctica para combinar con verduras.
Precauciones y otras estrategias
Si padeces enfermedades crónicas, estás embarazada o tomas medicación, consulta antes a un profesional. Esta pauta es hipocalórica, breve y no debe convertirse en hábito continuo.
El ayuno intermitente (14/10, 16/8) puede combinarse en etapas con platos muy vegetales, manteniendo agua, café o té sin azúcar. Prioriza el bienestar y evita enfoques extremos o restrictivos prolongados.

Las verduras hervidas son una herramienta muy eficaz para reducir calorías sin perder volumen en el plato. Con buena selección, cocción adecuada y combinaciones inteligentes, esta dieta breve te ayuda a adelgazar con salud mientras afianzas hábitos que podrás mantener a largo plazo.