Comer legumbres alarga la vida de las personas. Así de claro lo tienen los investigadores que estudiaron la dieta de los residentes en las zonas azules (lugares del mundo donde las personas son más longevas). El estudio descubrió que entre el 90 y el 100 por ciento de su dieta se basaba en alimentos vegetales, siendo las legumbres el alimento principal.
Los residentes de las zonas azules ingieren un promedio de una taza de legumbres diaria, una cantidad que podría ser suficiente para aumentar hasta cuatro años la esperanza de vida de las personas. ¡El ansiado secreto de la longevidad lo hemos tenido delante durante todo este tiempo! Para vivir más, hay que potenciar el consumo de lentejas, garbanzos, alubias…
Pero ¿qué es lo que hace a las legumbres tan especiales? Para empezar, su riqueza en fibra. Aunque la cantidad varía ligeramente según el tipo de grano, una taza de legumbres nos asegura alrededor de 15 gramos. La fibra es esencial para la salud del sistema digestivo, sacia el apetito (lo que nos mantiene llenos con menos calorías), reduce el colesterol, mejora la regulación del azúcar en la sangre (lo que previene la diabetes) y ayuda a reducir la tensión arterial y la inflamación. Como habrás podido deducir, una dieta pobre en fibra pone en riesgo numerosos procesos vitales.
Las legumbres también son una gran fuente de proteínas y nutrientes vegetales, tales como vitaminas del grupo B y minerales como el potasio, el magnesio, el zinc y el hierro. Cierto es que pueden provocar malestar gástrico (algo a lo que las legumbres deben su mala reputación), pero ese es un problema que se puede remediar dejándolas en remojo entre 12 y 24 horas. Después se enjuagan y se cocinan con agua limpia. Este proceso puede ayudar a eliminar gran parte de los oligosacáridos causantes de su difícil digestión.