Las personas pasan por etapas en las que no tienen problemas para conciliar el sueño en el momento de acostarse, pero, llegadas las 3 o las 4 de la madrugada, se despiertan y les resulta muy difícil volver a dormirse.
Esto es lo que se conoce como despertares nocturnos y puede causar que por la mañana estés totalmente agotado, pues no has logrado proporcionar a tu cuerpo las horas de sueño que necesita para autorepararse.
El estrés casi siempre está detrás de los problemas para volver a dormirse cuando te despiertas por la noche. Para reducirlo, practica yoga de manera habitual o algún ejercicio que te desestrese. Apuntar en un papel las tareas pendientes antes de acostarse también ayuda a dejar el estrés fuera del cuerpo, notándose en una mente más tranquila y entregada totalmente a dormir.
La luz de las pantallas interfiere en la producción de melatonina, la hormona del sueño. De esta manera, es importante renunciar a jugar con tu smartphone o tableta para conseguir una noche de descanso reparador. Para relajarte en la cama, lo mejor es leer un libro o escribir en un diario.
Cuando te despiertes por la noche, no mires el reloj cada dos minutos. Ver cómo transcurren los minutos y no puedes volver a dormirte crea un sentimiento de estrés y frustración que sólo contribuye a agravar la situación. Esconde los relojes y céntrate en la respiración para no desencadenar más nerviosismo por la falta de sueño.
A medida que cumplen años, tanto los hombres como las mujeres ven como su necesidad de orinar por la noche va en aumento, lo que unido a un sueño más ligero, es un gran obstáculo para dormir de un tirón. Evita tener que levantarte de madrugrada para ir al baño renunciando a la ingesta de cualquier tipo de bebida un par de horas antes de acostarse.