Para tener una piel más joven y firme, recurrimos prácticamente siempre a varios tipos de tratamientos de belleza que nos permiten aportarle nutrientes para restaurarse.
Sin embargo, en complemento de estos productos de uso cutáneo, es fundamental añadir al régimen alimenticio nutrientes, que gracias a su composición nutricional, ayudan a reducir el proceso de envejecimiento prematuro que está provocado por los radicales libres.
A pesar de que la exposición a la contaminación ambiental y a los rayos UV sea la causa principal de la aparición de las arrugas, conviene saber que estas últimas son debidas al proceso interno de oxidación que se produce en el organismo.
Por esta razón, nuestra alimentación puede reflejarse en la calidad de la piel, de manera positiva o negativa.
El aguacate
El consumo de aguacate permite proteger el organismo a nivel interno, estimulando el proceso de regeneración de la piel. Este fruto de pulpa verde es una de las mayores fuentes naturales de ácidos grasos esenciales, así como de vitamina A y E, y compuestos antioxidantes. Sus propiedades inhiben los daños oxidantes y trabajan para estimular la restauración celular, sin provocar efectos negativos.
La zanahoria
Esta verdura es una de las mayores fuentes de vitamina o de betacarotenos, cuya acción antioxidante protege los ojos y repara los daños provocados sobre la piel por los radicales libres. Se piensa que la ingestión regular de zanahorias participa en la reducción de manchas provocadas por el sol y otras alteraciones que afectan al tono natural de la piel.
Las uvas
Las uvas son de múltiples usos y se pueden añadir fácilmente a diferentes tipos de platos. Su alto contenido en resveratrol hace de esta fruta un excelente aliado para prevenir el envejecimiento de las enfermedades crónicas. Conviene saber que es preferible consumirlas con pepitas, porque estas últimas contienen la mayoría de los nutrientes esenciales de las uvas.