La arcilla roja es un remedio eficaz para estimular la circulación sanguínea. Gracias a este efecto, permite un aporte en oxígeno más importante para los músculos. Estos se recuperan con mayor rapidez y todo tipo de lesiones musculares crónicas.
Se debe utilizar únicamente cuando la inflamación no es aguda, es decir sobre las partes del cuerpo no congestionadas. La arcilla roja produce calor en la zona donde se aplica. Se puede combinar con aceites esenciales naturales, para que sea más eficaz. Se trata de un potente antiséptico que purifica igualmente las capas más profundas de la piel.
La arcilla roja también tiene propiedades astringentes. Se trata de un remedio potente para favorecer y estimular el proceso de curación. Penetra bien en la piel y permite drenar la las impurezas. Gracias a su acción absorbente, la arcilla roja permite neutralizar las toxinas, porque drena las impurezas hacia fuera de la piel.
La arcilla roja permite igualmente curar las piernas de las varices, aliviar los dolores relacionados con la artrosis o las inflamaciones ligeras. Se recomienda para terminar con problemas de transpiración excesiva.
Si se presentan calambres tras hacer ejercicio, la aplicación sobre la zona de arcilla roja permite una clara mejoría.
Los beneficios de la arcilla roja conciernen igualmente al campo de la belleza. Se aconseja para las pieles sensibles y delicadas porque se seca menos la piel que con la arcilla verde. Si se sufre acné, ayuda a controlar el exceso de sebo y favorece el proceso de cicatrización de lesiones cutáneas. También es útil para eliminar los granos y los puntos negros.
La arcilla roja ayuda igualmente a tener una piel más limpia y favorece la regeneración celular. Se recomienda como limpiador y exfoliante para el cuerpo y el rostro. Cuando se aplica en mascarilla sobre las zonas a tratar, ayuda a combatir las estrías y la celulitis.