Se pide eliminar las fuentes de azúcares añadidos en un régimen para adelgazar, pero esto no quiere decir que hay que dejar de consumir cualquier tipo de azúcar. Los glúcidos complejos tienen su importancia en la comida, para la saciedad y para las fibras que contienen, por ejemplo la quinoa, el arroz integral, la batata. Suprimir toda forma de azúcar ralentiza el metabolismo, así que consumir un poco en el buen momento permite al cuerpo relanzar el mecanismo y almacenar el glicógeno necesario para los músculos.
No se debe privar al cuerpo de ningún nutriente entre los lípidos, glúcidos y prótidos a la hora de adelgazar. Si las necesidades del organismo están colmadas, no se provoca el fracaso. Comer lo que gusta, de vez en cuando, en pequeñas cantidades y no únicamente lo que se debe comer porque está prescrito en el régimen, no sólo es bueno, sino necesario.
Creer en el régimen milagro
Sólo comer huevos, frutas, smoothies, algas, u otra cosa, no hace adelgazar a nadie a largo plazo, y los regímenes milagros y absurdos que nos venden las estrellas de Hollywood no funcionan. A pesar de que algunos gurús dicen que se trata de un método infalible, o que venden un libro explicando la cura milagrosa, se está ante un método de enriquecerse ellos mismos, y no para ayudar a adelgazar. El régimen correcto es aquel en que se favorece adelgazar. No se pierde peso con el estado de ánimo por los suelos, y teniendo hambre todo el día.