Cómo crear tu propio espacio de meditación en casa

Espacio de meditación en casa

¿Sabías que la meditación es una práctica con poder para mejorar notablemente la vida de las personas? Además, resulta bastante sencillo integrarla en la vida cotidiana, ya que 10 minutos son suficientes (aunque podemos alargarla cuanto necesitemos) y lo podemos hacer en nuestro propio hogar.

Los siguientes consejos te ayudarán a crear tu propio espacio de meditación en casa. Pronto comenzarás a descansar mejor, reducir tu estrés y aumentar tu capacidad para permanecer presente y combatir la ansiedad. La culpa la tiene la sensación de calma y de energías renovadas que provoca.

Elige un lugar donde nadie pueda molestarte. Esto significa que hay que evitar estar cerca de la cocina, la sala de estar o cualquier otro lugar de la casa donde exista la posibilidad de que otras personas te hablen o simplemente pasen por allí. El dormitorio o la oficina, si tienes una, son las estancias ideales para situar un espacio de meditación.

Ubica tu espacio de meditación tan cerca de la luz natural como te sea posible. La luz brillante ayuda a estar presente (y no quedarse dormido). Si normalmente tienes pensamientos incontrolables durante tu práctica, prueba meditar con una luz tenue. En este caso, el mejor método es utilizar velas para iluminar, ya que además desempeñan un papel tranquilizador.

Elige un asiento. Puedes sentarte en una silla, sobre un cojín o en una manta en el suelo. Lo que más te guste. Lo importante es que tu asiento te permita permanecer en posición vertical, ya que es la postura que nos ayuda a estar alerta, presentes y en el momento.

El incienso, las velas y los difusores de aceites esenciales te ayudarán a crear un ambiente agradable. Sin embargo, su papel va más allá de la simple aromatización del espacio. Ciertos olores evocan emociones, estados de ánimo y sentimientos que pueden desempeñar un papel importante en tu meditación.

Busca la máxima comodidad a través de objetos como almohadas y mantas. Incluso puedes añadir al espacio una miniestación de té con tus mezclas relajantes favoritas. Colócala a un lado y bébete una taza antes o después de la meditación para ayudar a vigorizar tus sentidos y fomentar tu sensación de presencia.

Decora el espacio de manera que destile serenidad. Para algunas personas, eso significa colores neutros, mientras que para otros significa amarillos y azules vivos. Asimismo, intenta sumar algo procedente de la naturaleza –como una planta, piedras, cristales o conchas marinas– para elevar el carácter relajante y sanador del espacio.

La música de meditación ayuda a bloquear los pensamientos, así como el ruido de los compañeros de vivienda y vecinos. Para ello, puedes conectar un pequeño altavoz a tu smartphone (pero asegúrate de ponerlo en modo avión para que no te moleste nadie). Si tienes la suerte de vivir en una casa silenciosa, quizá prefieras meditar en silencio.


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