La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por que los huesos se vuelven frágiles y porosos, existiendo un mayor riesgo de fracturas. Existen personas más propensas a padecerla que otras, pero, en cualquier caso, lo que todo el mundo puede hacer para que sus huesos se mantengan más fuertes es realizar cambios en sus hábitos de vida, como el que nos ocupa hoy, que está relacionado con la vitamina A.
Los estudios han encontrado un vínculo entre el consumo elevado de vitamina A preformada y unos niveles más bajos de densidad mineral ósea. Y cuando estos niveles descienden, existe un factor de riesgo para la osteoporosis, razón por la que controlar la ingesta de alimentos que incluyan este nutriente es uno de esos cambios en los hábitos de vida a los que hacíamos referencia antes.
La vitamina A preformada se encuentra en los alimentos de origen animal, los suplementos y los alimentos fortificados. Los científicos todavía no han podido determinar la causa de esta relación, pero intuyen que la pérdida de densidad mineral ósea podría estar provocada por algo más que solamente la vitamina A. Futuras investigaciones arrojarán luz sobre esta cuestión.
Mientras tanto, si lo que queremos es prevenir la osteoporosis a cualquier edad, lo que debemos hacer es intentar que la mayor parte de la vitamina A de la dieta provenga de frutas y verduras (boniatos, zanahorias, col rizada, espinacas…), las cuales suministran interesantes cantidades de betacaroteno. Una vez ingerido, el organismo lo transforma en vitamina A. A diferencia de la vitamina A preformada, el consumo elevado de betacaroteno no entraña ningún riesgo para la salud.
Asimismo, tampoco hay que olvidar tomar suficiente calcio (leche, yogur…) y vitamina D (yema de huevo, salmón, atún, hígado…). No obstante, incluso haciendo todo lo posible a través de la dieta, existen casos en los que no se produce una mejoría notable. Cuando esto sucede, hay que debatir con el médico la posibilidad de tomar suplementos alimenticios.