Consejos para dormir correctamente

Hombre durmiendo

Es importante fijarse una hora de irse a dormir todos los días. Si no os fijáis ninguna hora, se corre el riesgo de dejarse sumergir por tareas suspendidas o simplemente dejaros distraer y retrasar la hora de iros a la cama, lo que tendrá como consecuencia que no estéis lo suficientemente descansados al día siguiente.

Y si recién levantados debéis buscar la ropa que deseáis poneros, preparar el desayuno y el resto de tareas cotidianas, os acostaréis angustiados con la idea de no tener el tiempo suficiente por la mañana.

Por lo tanto conviene preparar todo lo necesario antes de irse a dormir. Colocar la ropa y todo lo que necesitáis para el día siguiente en un lugar indicado. Preparar la mesa del desayuno para no tener que hacerlo por la mañana y evitar tener que salir corriendo de la cama en cuanto suena el despertador.

Nuevos y buenos hábitos

Conviene dejar de lado el sedentarismo, porque está probado que la actividad física es uno de los mejores medios para combatir el insomnio y los problemas del sueño. Otra actividad que favorece el sueño son las relaciones sexuales. Hay muchas posibilidades de dormirse como un bebé y completamente relajado después de haber tenido sexo.

Los beneficios del ejercicio físico no son un secreto, pero lo que sí puede serlo es el hecho de mantener el cuerpo activo porque puede ayudar considerablemente a conciliar el sueño. La práctica de 20 minutos al menos de ejercicio físico al día, ayuda a dormir mejor y más fácilmente. Lo que importa, si os gusta el deporte por la tarde, es intentar hacerlo al menos 2 horas antes de irse a la cama.

Otra clave para dormir mejor es la alimentación. No conviene consumir bebidas estimulantes en exceso, ni cenar demasiado pesado, y si se hace, no acostarse tan pronto, pero tampoco conviene irse a dormir con el estómago vacío. Se debe realizar una cena ligera, dos o tres horas antes de irse a dormir. Es corriente salir a cenar de noche, comer en exceso gran cantidad o comer platos demasiado pesados.

Cuando se cenan frituras, carne roja, alimentos dulces o pesados, el cuerpo tarda en digerirlos y provocará un sueño menos profundo, por lo que os sentiréis más cansados al día siguiente.

Olvidarse a la hora de irse a dormir de lo que se ha producido durante el día. Disputas, enfados, niños insoportables, etcétera. Una vez que se cierra la puerta de la habitación, debéis dejar estas situaciones desagradables fuera, y debéis concentrados en el descanso. Un mal descanso deteriora las cosas. El dormitorio debe ser un lugar donde la persona se encuentra tranquila y desconectada de las preocupaciones diarias. Conviene considerar un momento para alejar de la cabeza todo lo que no se puede resolver de forma inmediata. Se trata de ocuparse al día siguiente del resto de cosas que durante la noche no tienen solución.

Evidentemente, no siempre es fácil relajarse. Hay que hacer un esfuerzo real de conciencia para relajar el cuerpo y el espíritu. Se cierran los ojos, se respira suavemente, y se visualizan las diferentes partes del cuerpo para liberar tensiones. Conviene mantener los pensamientos en la respiración. Si un pensamiento obsesivo os molesta, hay que relativizarlo. Para ello se visualiza la habitación, luego el edificio, el barrio, la ciudad, el país, el continente, la tierra, el espacio infinito. Esta técnica de visualización debería ayudaros a relativizar y a relajaros.


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