¿Quieres mejorar tu salud, pero no sabes por dónde empezar? Poner en práctica estos cinco trucos rápidos te pondrá en el buen camino hacia un organismo más saludable y resistente ante las enfermedades.
Bebe agua antes de comer: Tomar dos vasos de agua alrededor de media hora antes de comer te ayudará a adelgazar. A priori puede parecer un poco absurdo, pero las investigaciones demuestran que las personas que practican este hábito pierden más peso que el resto. Eso se debe a que, cuando se deposita una cantidad considerable de agua en el estómago, se previene el comer en exceso. Además, ¡te mantiene hidratado y con un buen tránsito intestinal!
Nunca dejes pasar la oportunidad de obtener fibra: La quinoa y avena instantáneas te permiten añadir fibra, proteínas y otros nutrientes a todas tus comidas, incluso cuando comes fuera de casa. Sin embargo, los granos no son la única fuente rápida de fibra. Durante el desayuno, un gesto tan sencillo como añadir unas bayas y nueces puede marcar una gran diferencia, especialmente en lo referente al tránsito intestinal.
Energízate con proteínas: Tomar proteínas durante el desayuno te mantiene satisfecho por más tiempo. Las mejores opciones son los huevos, el salmón ahumado, el pavo y los lácteos bajos en grasa, o directamente sin grasa. Si eres vegetariano o vegano, apuesta por el aguacate y las «carnes» vegetarianas. El beicon, las salchichas y la leche entera también aportan proteínas, aunque no son aconsejables, pues van de la mano de la grasa y otras cosas perjudiciales para la salud.
Practica una buena higiene de manos: Lavarse las manos con frecuencia es una de las formas más fáciles y efectivas de prevenir el contagio de resfriados, gripes y otras enfermedades e infecciones. ¿Quieres mantenerte alejado de los hospitales? Entonces, lávate las manos. No hay excusas: si no hay agua y jabón disponibles, utiliza un desinfectante para las manos que contenga por lo menos un 60 por ciento de alcohol.
Date un respiro: En pequeñas dosis, el estrés puede ser motivacional, pero si se descontrola, termina por causar estragos en la salud. Recupera la calma y el equilibrio, cerrando los ojos y respirando profundamente durante un minuto. Se trata de un truco que te vendrá muy bien recordar en ciertas situaciones. Es muy rápido y lo puedes practicar en cualquier parte, incluso en la oficina.